RESEÑA/REVIEW
Facundo Roca
Centro
de Historia Argentina y Americana, Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
facundo.roca@yahoo.com.ar
Cita sugerida: Roca, F. (2016). [Reseña del libro El despegue del desarrollo tecnológico en la Provincia de Buenos Aires: industria saladeril, aprovechamiento del agua subterránea y mensuración de la tierra en el siglo XIX de C. Birocco & L. Cacciatore]. Mundo Agrario, 17(35), e024. Recuperado de http://www.mundoagrario.unlp.edu.ar/article/view/MAe024
Un historiador, Carlos María Birocco, y un toxicólogo, Luis Cacciatore, se proponen en esta obra un objetivo muy complejo: combinar las experticias específicas de dos disciplinas muy diferentes, la historia y las ciencias del ambiente, en un trabajo que propone un novedoso análisis del desarrollo científico en la provincia de Buenos Aires a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Los autores identifican el período 1850-1880 como un momento crucial en el “despegue tecnológico” de la provincia y el punto de partida de muchas de las innovaciones productivas que sustentan la expansión agropecuaria y el proceso de crecimiento económico-demográfico de fines de siglo. La obra aborda este proceso a partir de tres grandes áreas, representativas del avance científico-tecnológico ligado al desarrollo económico de la provincia: el crecimiento de la actividad saladeril y los sucesivos intentos de regulación y control de la industria, la consolidación de la mensuración de tierras y los relevamientos topográficos, y los adelantos en la exploración hidrológica y el uso del agua.
Uno de los objetivos del libro consiste en analizar el proceso de consolidación de la actividad saladeril y los sucesivos intentos de control y regulación ejercidos por el Estado provincial sobre estos establecimientos. Los autores señalan que hasta 1858, año en que se produce un importante brote de fiebre amarilla en Buenos Aires, los saladeros no eran objeto de mayores controles ni se los había identificado como causa de la contaminación que padecía el Riachuelo. La preocupación por las enfermedades epidémicas que afectan a la ciudad a partir de entonces, especialmente la fiebre amarilla y el cólera, levanta sospechas sobre la salubridad de estos establecimientos, que comienzan a ser señalados como uno de los posibles culpables de aquellos males. Imbuidas de las teorías miasmáticas en boga, las autoridades sanitarias comienzan a recelar de los saladeros y a señalar los efectos nocivos que podían ejercer sus exhalaciones y efluvios sobre la salud de la población.
Estas nuevas preocupaciones sanitarias inducen al gobierno provincial a establecer una regulación más estricta sobre la actividad y a buscar alternativas para el tratamiento de los residuos, que hasta entonces eran vertidos directamente al Riachuelo. En la obra se analizan los distintos planes de manejo de residuos presentados por químicos e ingenieros locales y los conflictos y tensiones que se producen en torno a estos proyectos, especialmente entre los técnicos, el Estado provincial y los saladeristas.
Como demuestran los autores, la discusión sobre el emplazamiento de los saladeros, sus efectos nocivos y los proyectos de control y tratamiento de sus residuos se intensifica toda vez que un brote epidémico afecta a la ciudad. El cólera de 1867 y la fiebre amarilla de 1871 terminan convenciendo a las autoridades locales de la necesidad de trasladar las actividades saladeriles a la Bahía de la Ensenada, a pesar del impacto económico de las medidas y de la fuerte resistencia de los empresarios. Sin embargo, el traslado de los saladeros no dio por concluida la polémica. Aun en este nuevo emplazamiento, los establecimientos seguían sin cumplir las normas de salubridad, lo que derivaba en nuevos conflictos con las autoridades locales.
La necesidad de preservación de los recursos hídricos, como el Riachuelo, revela otra de las principales preocupaciones que manifestaban las autoridades locales: la obtención de una provisión segura y constante de agua, tanto para la ciudad como para la campaña. Los autores abordan el avance de los estudios hidrológicos llevados a cabo en la provincia de Buenos Aires a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, y especialmente la exploración del acuífero Puelche y la perforación de los primeros pozos artesianos1 a partir de la década de 1860. La creación de manantiales artificiales en la región prometía por entonces una pronta solución a los problemas que ocasionaban el dificultoso aprovisionamiento de agua y las cuantiosas pérdidas de ganado que se producían en la campaña en tiempos de sequía. Las distintas iniciativas que se presentan en estos años contaron con el apoyo entusiasta de las autoridades provinciales. Sin embargo, estas primeras perforaciones debieron enfrentarse con las difíciles condiciones geológicas que ofrecían las arcillas y las arenas locales, y sobre todo, con la dudosa calidad del agua extraída y las desinteligencias internas entre las autoridades y los expertos intervinientes.
Como señalan los autores, aunque las perforaciones no colmaron las expectativas de empresarios y gobernantes estas primeras prospecciones hidrológicas constituyeron un avance fundamental en el estudio de la estructura geológica local, y especialmente en la investigación del acuífero Puelche. A fines de siglo se confirmaría la existencia de una segunda napa de agua por debajo de la anterior que, aun no siendo surgente, constituiría en lo sucesivo la principal fuente de aprovisionamiento hídrico en la provincia.
Además del agua, la tierra era otro de los recursos fundamentales que sustentaban el desarrollo económico local. El avance del proceso de catastración y mensuración también concitaba la aplicación de nuevos métodos y tecnologías, sobre todo a partir del proyecto de actualización topográfica que se inicia durante el gobierno provincial de Mariano Saavedra y que tiene como objetivo reemplazar el desfasado Registro Gráfico de 1830. Este nuevo proyecto no implicaba solamente una actualización del mapa territorial de la provincia sino que además le confería al proceso, como demuestran Birocco y Cacciatore, una dimensión profundamente política. El desarrollo de este nuevo “saber territorial” formaba parte de un proyecto más amplio impulsado por el gobierno autonomista, que pretendía redefinir la división administrativa de la provincia. Con las nuevas técnicas de medición se buscaba zanjar las viejas disputas territoriales entre los distintos partidos de la campaña y al mismo tiempo diagramar una nueva distribución interna del poder. La división y creación de nuevos partidos y la redefinición de los límites que los separaban combinaba criterios técnicos con otros manifiestamente políticos. Al crear una nueva división administrativa el gobierno buscaba neutralizar el peso del mitrismo en ciertos distritos, amoldando el nuevo esquema territorial a las conveniencias electorales del autonomismo.
El avance de las técnicas de mensuración y la búsqueda de una mayor precisión en la medición de las tierras rurales y ejidales a partir de la década de 1860 se encuentran, además, estrechamente relacionados con la discusión en torno a la redefinición del régimen de propiedad y la administración de las tierras públicas. Los autores aciertan, precisamente, en detectar ese entrecruzamiento entre el desarrollo de un saber técnico específico, como la agrimensura, y su implementación en el contexto de las disputas políticas locales y el conflicto de intereses entre los distintos sectores involucrados en la discusión por el régimen de tierras.
En términos generales, la obra se introduce en un terreno que ha concitado hasta el momento una escasa atención por parte de los historiadores locales. Con la excepción del proceso de catastración rural y mensuración de tierras, que ha sido más extensamente estudiado (Valencia, 2005; Garavaglia y Gautreau, 2011; Banzato, 2013; D’ Agostino, 2015), la mayoría de los trabajos que han abordado otras cuestiones relativas al desarrollo tecnológico de la provincia lo han hecho de forma más fragmentaria, se han concentrado en aspectos muy específicos y han carecido de una perspectiva procesual de conjunto. El trabajo de Birocco y Cacciatore identifica precisamente ese vacío historiográfico pero circunscribiéndose a tres áreas específicas del desarrollo científico provincial. El principal aporte de la obra consiste en pensar el desarrollo tecnológico de la provincia como un proceso complejo, en el que intervienen distintos actores sociales y económicos, y que no se reduce a una mera “importación” o transposición de conocimientos y de metodologías introducidos por técnicos extranjeros.
A lo largo del libro se verifica el esfuerzo de los autores por mantener un cierto equilibrio entre los dos registros involucrados: el histórico y el científico-técnico. En cada uno de los capítulos se manifiesta la colaboración entre ambos autores y el diálogo entre las diferentes disciplinas. Aunque este equilibrio se mantiene durante la mayor parte de la obra, algunos pasajes en particular pueden requerir una especial atención por parte del lector, sobre todo en el caso de aquellos no familiarizados con la temática y la terminología específicas.
En definitiva, por sus características la obra reseñada constituye un material bibliográfico de consulta muy valiosa para lectores interesados en la historia rural y en la historia de la salud, como también para aquellos historiadores abocados al análisis del desarrollo científico-tecnológico durante el siglo XIX.
1 Los pozos artesianos son manantiales artificiales que se comunican con un acuífero confinado y en los que el agua subterránea asciende por su propia presión por encima del nivel de la superficie.
Banzato, G. (Ed.) (2013). Tierras rurales. Políticas, transacciones y mercados en Argentina, 1780-1914. Rosario: Prohistoria Ediciones.
D’Agostino, V. (2015). “Estado, instituciones y funcionarios: la política de tierras y el funcionamiento de la repartición topográfica bonaerense en la segunda mitad del siglo XIX”. En Blanco, M. y Barandiarán (Eds.). Las configuraciones de la trama social. Políticas públicas, instituciones y actores en la Argentina contemporánea. Tandil: CIEP-UNICEN.
Garavaglia, J. C. y Gautreau, P. (Eds.) (2011). Mensurar la tierra, controlar el territorio: América Latina, siglos XVIII-XIX. Rosario: Prohistoria Ediciones.
Valencia, M. (2005). Tierras públicas, tierras privadas: Buenos Aires 1852-1876. La Plata: Edulp.
Fecha
de recibido: 1
de junio de 2016
Fecha
de aceptado: 21
de junio de 2016
Fecha
de publicado: 22 de agosto de 2016
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