Mundo Agrario, vol. 3, nº 5, segundo semestre de 2002. ISSN 1515-5994
Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Estudios Histórico Rurales

Artículo/Article

Explorando los símbolos del poder local. El pueblo y colonia Tornquist, 1880-1950.

Guillermo O. Quinteros

Centro de Estudios Histórico Rurales (UNLP)
negroq1296@hotmail.com


1. Introducción.

El presente trabajo constituye una aproximación al estudio de los símbolos del poder local y sus expresiones materiales relacionándolas con las manifestaciones orales de los habitantes en el pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Nos referimos al pueblo y colonia Tornquist que fuera motivo de una investigación más amplia en el marco de los Incentivos a la Investigación.(1) De manera tal que este trabajo surgió como una inquietud adyacente a aquella, pero, como se verá, tampoco hubiera sido posible sin el previo conocimiento acumulado durante más de dos años de trabajo y sin la colaboración del equipo citado. Por entonces, nos planteamos de manera genérica si los elementos que intervienen en el funcionamiento de esta comunidad rural pampeana, tales como, las diferencias sociales y económicas, los símbolos del status, los consensos y disensos que generan algunos personajes, las identidades colectivas o cerradas, la política y las creencias religiosas; en definitiva, todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva, tenían un correlato en tres áreas bien definidas del otrora pueblo y colonia Tornquist.(2) Ellas son: la colonia y sus campos linderos; la estación del Ferrocarril Sud junto con las primeras manzanas del pueblo en donde se radicó su población; y, el cementerio. Nos proponemos entrar en esos tres lugares con varios interrogantes sobre los cuales estimamos posible dar respuesta tan solamente a unos pocos.

Para abordar el estudio de las áreas mencionadas hemos trabajado con numerosas fuentes entre las que se destacan las siguientes: registros fotográficos tanto históricos como actuales del Teatro Funke, de la plaza central y de la parroquia construida dentro de la misma, de la Municipalidad de Tornquist, de las tumbas del cementerio, etc; y, testimonios orales recogidos en varias entrevistas dado que nos interesa analizar "lo que manifiestan" espontáneamente los pobladores más antiguos sobre los años de la fundación y sobre los personajes más destacados.(3)

Antes de comenzar el análisis, es necesario conocer, aunque de manera general, el ámbito de estudio y, fundamentalmente, algunas de las características de aquellos pobladores. En el año 1883 fue fundado el pueblo y colonia Tornquist al margen oeste de la Sierra de la Ventana en el por entonces partido de Bahía Blanca.(4) Recién en el año 1906 fue constituido el partido de Las Sierras con cabecera en el mencionado pueblo para tomar en el año 1910, el nombre que lleva en la actualidad (a partir de aquí lo mencionaremos como partido de Tornquist sea cual fuere el período de referencia).(5) Los terrenos de la colonia fueron ocupados originalmente por familias rusas, rusas-alemanas, suizas, dinamarquesas, austriacas y francesas.(6) El partido en su conjunto observa un patrón similar respecto de su población original.(7) Pero el período en el que fue fundado coincide con el de la gran inmigración por lo cual, muy pronto se advierte la llegada de italianos y españoles al pueblo y al partido. No debemos olvidarnos tampoco de la presencia de familias argentinas que también se radicaron allí. Podemos decir que tanto la población del pueblo y de la colonia, como el partido, se caracterizaba por un fuerte cosmopolitismo. Las diferentes identidades culturales tuvieron su expresión institucional en el pueblo a partir de la década de 1920, cuando surgieron las sociedades italiana, alemana y cosmopolita que, con el paso de los años, dejaron de existir. El establecimiento de las autoridades locales en 1906 en el pueblo de Tornquist y la creciente urbanización, como así también en los incipientes núcleos urbanos del partido, generaron una demanda de mano de obra, una nueva dinámica en el área de servicios y en el comercio. Pero el grueso de la población se dedicaba a las actividades generada por la producción agropecuaria. Aún hoy el Partido continúa siendo una región de producción mixta, exceptuando la zona de Sierra de la Ventana y Villa Ventana donde se ha concentrado una importante infraestructura destinada al turismo.

Debe tomarse en cuenta para el análisis que el inicio del período que estudiamos coincide, entre otras cuestiones, con la incorporación definitiva de las tierras que se hallaban en posesión de los aborígenes, con la culminación del proceso de consolidación del Estado Nacional en la Argentina, con la expansión en las comunicaciones (léase Telégrafo y, fundamentalmente, Ferrocarril), con la gran inmigración y, con el despliegue de las potencialidades económicas en materia de producción agropecuaria.(8) Sobre este último punto en particular, tal fue el éxito del modelo agroexportador del país que recién a partir del año 1930, comenzará a cuestionarse fuertemente como consecuencia de la crisis internacional. Con la potencialidad productiva intacta, la Argentina debía pensar en cómo salir de un modelo que tan buenos resultados había obtenido y que concitaba fuertes adhesiones. El partido de Tornquist no escapó a esa realidad. Mientras la producción agropecuaria se halló en expansión no se sintieron graves conflictos sociales, al menos esta es la inferencia que se desprende de las fuentes consultadas sobre dicho partido. En la primera etapa en estudio (desde la fundación hasta 1930 -y aún después de esa fecha-) se comprueba que no era indispensable poseer un título de propiedad para convertirse en un productor rural.(9) Los numerosos arrendatarios de campo así lo atestiguan, pero, de no ser ello posible, existían alternativas laborales siempre, o generalmente, vinculadas a aquella actividad. Amén de los pequeños productores rurales como los lecheros, quinteros o aquél que poseía una chacra, eran numerosos los peones de estancia, jornaleros contratados en las épocas de las cosechas, jornaleros estibadores del Ferrocarril y carreros. Asimismo, el desarrollo de las áreas del comercio y de los servicios en el pueblo de Tornquist estuvo estrechamente vinculado al desarrollo de la producción agropecuaria. Respecto al comercio, el signo más visible de su relación con el campo, son el establecimiento de los llamados Almacenes de Ramos Generales, así como también las semillerias y los aserraderos.(10) En el caso de los servicios, se ha observado en Tornquist que los esfuerzos municipales apuntaban a la conservación de los caminos y accesos al pueblo y a su estación ferroviaria, a la prohibición del ganado suelto en las inmediaciones del pueblo y, a la conservación de su plaza central. En la conservación de esta última por ejemplo, se vieron involucrados algunos de los grandes propietarios de estancias (Ernesto Tornquist y su esposa Rosa Altgelt, aportaron dinero para ello así como también para la construcción de la parroquia).(11) De manera tal que al período que llega hasta el año 1930 podemos caracterizarlo de manera general, como: 1°, un proceso fundacional en el que participaron numerosas familias de inmigrantes y argentinas nucleadas (en un primer momento) por un proyecto empresarial privado (como lo fue la fundación del pueblo y colonia Tornquist); 2°, un período de fuerte dinamismo poblacional y de expansión de las actividades agropecuarias; y 3°, una etapa de consolidación de un sistema de producción en la que todos los sectores de esta sociedad rural se encontraban involucrados. En otras palabras, tanto los grandes propietarios de estancias, los medianos y pequeños productores rurales (propietarios o arrendatarios), como los trabajadores rurales que vendían su fuerza de trabajo, etc. obtenían los beneficios de un modelo hegemónico sustentado y legitimado por los índices positivos de la macroeconomía argentina.

Sin embargo, el modelo agroexportador tenía límites para su desarrollo y la crisis de 1929-1930 los tornó visibles.(12) Para el caso de la región que nos ocupa, un dato evidente de los efectos negativos de la misma es el comienzo paulatino pero constante del despoblamiento del partido y del pueblo de Tornquist.(13) Proceso inverso al período anterior: ahora las personas se desplazan a los grandes centros urbanos de la Provincia de Buenos Aires, fundamentalmente a la ciudad de Buenos Aires y a lo que será su conurbano y a la ciudad de La Plata. Quien advirtió muy bien este flujo migratorio del campo a la ciudad fue el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel Fresco (1936-1940). Conspicuo representante del Partido Conservador de la Provincia y ferviente defensor e ideólogo del fraude electoral, su acción de Gobierno estuvo marcada por los grandes proyectos de obra pública en el interior de la Provincia. Uno de sus objetivos era (entre otras cuestiones) frenar el flujo migratorio porque señalaba la falta de trabajo en las ciudades y la frustración de quienes obtenían un título académico sin posibilidad de ejercer luego su profesión. Enemigo de la enseñanza superior incentivó la enseñanza práctica en los pueblos de la provincia, planteando una vuelta al campo. Fresco representaba a un gran sector de la población que se resistía a los cambios de hecho operados en la economía argentina, y que todavía esperaban una vuelta a la normalidad, es decir, a los años de oro de la Argentina Moderna.(14) Pero esta espera no significaba para Fresco inacción, sino todo lo contrario: el interior de la Provincia se vio remozado por el mejoramiento de caminos, construcción de edificios municipales, mejoramiento de plazas, construcción de las fachadas de los cementerios, establecimiento de mataderos municipales, etc.(15)

2. El escenario.

A la ciudad de Tornquist puede arribarse por dos vías: por el sudeste, desde la ruta 33 o por el noroeste, desde la ruta 76. Utilizando esta última vía, a pocos kilómetros de la ruta mencionada nos encontramos con la última manzana de la planta urbana y, al mismo tiempo, con su cementerio (véase la figura 1: plano). Éste forma parte de la vida de la ciudad o, si se prefiere, siempre está presente en la cotidianeidad ciudadana, ya que está ubicado en una de las arterias más transitadas. El cementerio no está lejos, está allí mismo, es imposible desconocer su ubicación, incluso para el visitante. No obstante, si fuera por los signos visibles usualmente utilizados para indicar los campos santos pasaría inadvertido, porque no presenta ninguna evidencia de lo que es. En efecto, su fachada, por ejemplo, no tiene ninguna inscripción indicativa, ningún monumento ad-hoc, ninguna figura religiosa usual en otros cementerios, etc. Su arquitectura externa es sumamente modesta, carente de alguna construcción digna de ser subrayada, lo que lo diferencia sustancialmente de otros cementerios del Partido por ejemplo, el de Saldungaray (véase la figura 2: fachada del cementerio de Saldungaray; y la figura 3: fachada del cementerio de Tornquist).(16) Se halla perimetrado por un tapial de unos tres metros de altura en su parte más baja, elevándose en la zona ocupada por los nichos.

Como dijimos, encontrarse con el Cementerio significa también entrar a la Ciudad de Tornquist. A unas diez cuadras transitando la misma arteria nos cruzamos con la avenida principal que corta a la ciudad en dos, pero no puede transitarse por la misma de punta a punta, ya que dicha arteria es interrumpida por la plaza central cuya superficie esta formada por las cuatro manzanas centrales de la ciudad. A un lado de la arteria principal, frente a la plaza, se erige el edificio municipal construido durante la Gobernación de Manuel Fresco dentro del plan general de obras de infraestructura anteriormente citado. Dicho edificio se destaca entre las construcciones de la ciudad tanto en relación a sus dimensiones como por el hecho de contar con una torre que se levanta por encima de todo como símbolo de su existencia (véase la figura 4: vista de la ciudad tomada desde las Sierras). Frente a la Municipalidad, dentro mismo de la plaza central, se construyó el edificio Parroquial del pueblo con fondos provenientes del estado pero también con recursos privados como es el caso de Rosa A de Tornquist (véase la figura 5: iglesia parroquial de Tornquist). Al otro lado de la Plaza se encuentra el Teatro que lleva el nombre de su fundador y principal accionista en la obra: Rodolfo Funke. Entre la manzana donde esta emplazado el teatro y la estación del Ferrocarril se encuentran las manzanas del pueblo que fueron en donde se levantaron las primeras construcciones, fundamentalmente, las cercanas al ferrocarril. Fuera de las construcciones descriptas queda por mencionar que el edificio de la Sociedad Germánica es el único que se destaca de la época hasta 1950 (véase la figura 6: edificio de la Sociedad Germánica).

Saliendo del trazado de la planta urbana del pueblo, nos encontramos con la colonia. En la actualidad resulta muy difícil establecer los contornos de la misma dado que no están abiertos todos los caminos necesarios para una posible recorrida. Por lo tanto, la individualización de las chacras y las posibles construcciones edilicias se complica.(17) Además, desde los primeros años se dio un fenómeno de compra-venta que les permitió a algunos propietarios anexar chacras de la colonia a sus estancias, quedando por este motivo desdibujado el plano original de la colonia. Precisamente los caminos "vecinales" mas importantes en la actualidad conducen a las estancias involucradas en el citado proceso.

Desde cualquiera de los lugares de Tornquist citados arriba (campo, colonia o ciudad), el visitante puede observar hacia un lado el paisaje apenas ondulado de la llanura pampeana y, en el extremo opuesto, la bellísima Sierra de la Ventana, paisaje que, sin lugar a dudas, hizo que muchos inmigrantes añoraran su país de origen (véase: figura 4 y figura 7: vista de la ciudad hacia las sierras).(18)

3. Algunos testimonios claves.

Contamos con varias horas de grabación recogidas durante las entrevistas con los que denominamos testigos claves. Su elección estuvo determinada básicamente por el tiempo de radicación en Tornquist, sus edades, lucidez y disposición a conversar frente al grabador. Hemos aquí de sintetizar el resultado de las entrevistas en la medida en que el testimonio resulta pertinente para este estudio. El testimonio de las fuentes orales giran en torno a tres cuestiones centrales que nos permiten trazar unas pinceladas sobre cómo transcurría la vida en el pasado del pueblo. La primera es el hecho de que la historia más antigua del pueblo se vincula indefectiblemente a la colonia de inmigrantes, cuyas familias como lo hemos señalado, eran de origen ruso y ruso-alemanas en su mayoría. Sin embargo los testigos consultados (como así también el conjunto de los ciudadanos de Tornquist) manifiestan que los precursores, los pioneros fueron "los alemanes" , a secas. Tampoco se olvidan de los suizos, italianos y españoles pero, los alemanes ganan por lejos en el recuerdo local.

La segunda cuestión surge de la opinión que merecen determinados personajes del lugar. En el caso del Fundador Ernesto Tornquist poco se dice en tanto que manifiestan "Los que tenían plata no estaban mucho tiempo acá...están todos en Buenos Aires, nunca vinieron acá, ni vinieron a la escuela"; "...a vivir acá en el pueblo, no. No, no se trataron nunca con la gente. La vieja (se refiere a Rosa A de Tornquist) solía venir a misa...". Dada las múltiples ocupaciones de Tornquist resulta muy difícil imaginar una permanencia por largos períodos en su propiedad de Sierra de la Ventana. Además de su estancia y de las propiedades en el partido de la Sociedad que comandaba dando cuenta con ello de su interés por la producción agropecuaria, se dedicó a varias actividades industriales: Fundó el primer Ingenio Azucarero en la Argentina; la primer industria del vidrio, loza y cerámica del país; varios frigoríficos; entre otras. La imagen de los lugareños es que éste personaje hizo sus negocios y nada más. Sin embargo el testimonio de allegados a la familia indican que amaba junto a su esposa profundamente al lugar y la prueba de ello, es que construyó su pequeño palacio en medio de un valle entre las sierras linderas al pueblo. E Tornquist murió en Buenos Aires en el año 1909 y el traslado de sus restos en los años 1980 a la parroquia de su ciudad, fue para algunos importante pero, para muchos algo completamente intrascendente: "no se para qué lo trajeron"; "...dicen que la familia estaba quebrada y no tenían donde ponerlo...nadie se hacía cargo y aquí lo mostraron como un gran regreso" son éstas algunas de las manifestaciones de los antiguos pobladores. Al mismo tiempo la familia es vista con cierto despecho: "...hace mucho tiempo antes, los Tornquist que eran una familia importante, venían con trenes especiales a Tornquist, de Buenos Aires venían con trenes especiales, el tren paraba ahí en la Estación y se quedaba ahí 3, 4, 5 días con sus vagones-dormitorio y la gente iba toda a parar allá al chalet, a la Estancia Tornquist. Un movimiento bárbaro había en la Estancia"; "...No, acá cuando venía Rosa Tornquist, yo la conocí, venía con algunos de los hijos y los nietos... venían en un tren especial, se desviaba en la estación y se quedaba ahí hasta que ella se iba. Venía con el tren con comedor, dormitorios... iban derecho para allá, para la estancia... Está cerquita, 15 Km..." (véase la figura 8 : edificio principal de la estancia propiedad de Ernesto Tornquist y la figura 9: detalle del edificio). Rosa Altgelt de Tornquist, la misma que durante años solventó los gastos de mantenimiento y cuidado de la plaza del pueblo y que por cierto se hizo cargo de su estancia a la muerte de su marido. "La vieja" como la llaman, encarna el símbolo de una clase social minoritaria en el ámbito local, y que en público manifiesta su opulencia, su riqueza. Evidentemente ello molestaba a los pobladores que no tienen un buen recuerdo de la familia.

Contrariamente a aquél resulta el recuerdo de otro personaje ligado al pasado fundacional: nos referimos a Rodolfo Funke. De nacionalidad alemana donó el Teatro que hoy lleva su nombre y contribuyó a la realización de otras obras. Todos los pobladores tienen un recuerdo grato de él. Vinculado comercial y económicamente a Ernesto Tornquist puesto que entre otras actividades que realizaron en conjunto establecieron el primer Almacén de Ramos Generales del lugar, transitó un camino distinto a aquel. Funke permaneció mas tiempo en el pueblo, compró numerosas chacras de la colonia, adquirió miles de hectáreas en el partido, fundó una estancia sobre las sierras, creó la Barraca Funke, fundó el Hogar Funke (residencia veraniega para ancianos alemanes), es decir, cimentó una posición poderosa desde el punto de vista económico dentro del partido de Tornquist. La producción agrícola y ganadera de sus tierras debió ser muy importante(19) a juzgar por los dichos de los testigos: "...había gente con plata y que daban mucho trabajo, en la época en que no había cosecha igual tenían 3 o 4, después tenían puesteros... tenía como 18 puestos y tenía 18 familias"; "...Acá por ejemplo en aquella época, en la estancia Funke siempre había 50, 60 empleados y había épocas que se peleaba la gente por ir a trabajar allá, porque los Funke a los artesanos como yo, pintor o un plomero, herrero, carpintero, en aquella época en el pueblo ganaban 4 pesos por día, se ganaba más o menos bien, allá el viejo Funke pagaba 10 pesos y más la comida..." La idea de que era una buena persona, que cuidaba al trabajador y que hizo algo por el pueblo ronda en la memoria colectiva (véase: figura 10: entrada de la estancia propiedad de Rodolfo Funke, figura 11: dependencias de la estancia y figura 12: ídem).

Finalmente la tercera cuestión es la imagen o el recuerdo "glorioso" ligado a la expansión de las actividades agrícolas o ganaderas. Los más antiguos pobladores señalan que "...tenía peones, siempre con peones. Y, no se podía uno solo; mirá con la herramienta que hay ahora si, pero en aquellos tiempos no. Atábamos 8 o 10 caballos a un arado a la mañana, a las 12 se soltaban, se agarraban otros hasta que caía el sol, qué va a hacer un hombre solo!"; "...cada chacarero tenía sus peones y después estaban los estibadores de la estación que eran gente acá del pueblo que se dedicaban a la estiba, era el trabajo de ellos..."; "...en verano había un movimiento bárbaro, cosa que ahora no se ve nada, empezó la cosecha y terminó y no se vio nada. Antes había frente a la estación 10, 15, 20 carros grandes, uno más grande que el otro y continuamente entraban y salían" ; "...la mayoría de la gente trabajaba en la cosecha, que era muy distinto que hoy, se ganaba mucha plata, había que trabajar desde ya, iban a trabajar con la máquina cosechadora y otros iban a levantar bolsas y a ponerlas en pila, otros a cargarlas en los carros y la traían al pueblo y había gente en la estación que descargaba y cargaban vagones y había trabajo todo el año..."; "...Cuando éramos pibes ganábamos plata ayudando a embarcar (ovejas en el tren). Siempre alguna cosita había...". Evidentemente la estación ferroviaria concentraba la mayor parte de la actividad del pueblo, razón por la cual, en sus alrededores aparecieron las primeras construcciones: se construyeron los primeros hoteles y las primeras casas que albergaron a numerosas familias de trabajadores temporarios. Los mismos testigos manifiestan que cuando se produjo la crisis del año 1930, muchos se fueron porque "...ya no era lo mismo. Algunos no podían pagar el alquiler. Pero nadie se moría de hambre. En el campo siempre hay algo para comer". Por otro lado los entrevistados más jóvenes, quienes nacieron después de los años '30, hacen referencia a un tío, abuelo o padre como productor rural. Ya sea como propietario de una o varias chacras o como arrendatarios de campo en diferentes zonas del partido: "...mi padre fue un inmigrante que vino con 20 centavos en el bolsillo, a los pocos años compró 100 has, el año 1929 compró 200 has, el año 1947 compró 140 has... Cuando falleció papá nos dejó 60 has a cada uno, yo le compré la parte de mi hermana... yo luchando, alquilando 400 has de tierra, me fui un año a sembrar trigo en L.; 10 años le alquilé el campo a Don A. F., ..., allí estuve 10 años yo sembrando..."; "...hubo mucha gente que trabajó fuerte y juntaba unos pesos y compraba un campito y tuvieron la suerte de que les fue bien... trabajaron y les tocó esos años buenos. Supieron guardar, administrarse. Y después trabajaban mixto, agricultura y ganadería, el que se largó directamente a la agricultura se fundió, duraron 2 años y a la miércoles..." .

Los testimonios nos remontan a los años previos y posteriores a la crisis de 1930 y es notable como el discurso está impregnado de la idea del progreso derivado del esfuerzo personal, del trabajo duro, y de la ayuda de la suerte, porque es evidente que sin ella no todos lograban progresar. Pero la razón del fracaso no se atribuye a los males de un sistema o a la estructura de una sociedad que de hecho se describe como desigual. No es casual que haya sido así. Consideramos, siguiendo a Williams, que el capitalismo agrario en la Argentina había logrado "...transformar su medio de un modo dramáticamente productivo, utilizando a los seres humanos y la naturaleza misma como instrumentos de un propósito dominante. ...el capitalismo siempre fue un proceso ambiguo que aumentaba la riqueza real, pero la distribuía de manera desigual; que permitía a un número mayor de la población crecer y sobrevivir, pero que dentro de esa población consideraba a los seres humanos solo como productores y consumidores, sin pretender de la sociedad otra cosa que esas capacidades abstractas". Para el autor, el capitalismo tiene consecuencias negativas que son propios del resultado "del crecimiento económico y social", es decir, las consecuencias que nuestro último testimonio destaca al decir "el que se largó directamente a la agricultura se fundió, duraron dos años y a la miércoles". No obstante persiste en el recuerdo de los ancianos, que es el del conjunto de una comunidad rural, la idealización de un período particular de su propia historia (toda una cultura) en el que "...creció una estructura real de valores que se inspiró en varios sentimientos profundos y persistentes: una identificación con las personas entre las cuales crecimos; un apego al lugar, al paisaje, en el cual comenzamos a vivir y aprendimos a ver".(20) Un lugar, un paisaje que el trabajo del hombre ha transformado y se ha aprendido a querer en el inexorable vínculo con las actividades rurales.

4. Expresiones materiales.

Analizamos ahora las expresiones materiales de cada uno de los lugares descriptos anteriormente, comenzando por el Cementerio. En cuanto al análisis interno del mismo debemos aclarar por un lado, que en esta aproximación, estudiamos solamente las sepulturas, las tumbas sobre la tierra, y la disposición espacial de las bóvedas (a partir de aquí remitimos al croquis del cementerio - Véase la figura 13); y por otro, que para la determinación de lugares claves y ubicación de los sitios más antiguos contamos con la ayuda invalorable del encargado del cementerio.(21)

La entrada principal (1) es amplia y al aire libre. Unos pasos adentro se abren, a izquierda y derecha, dos amplios corredores (5), como así también al frente, un corredor que cruza todo el cementerio (5) hasta el límite posterior del mismo. Allí se yergue (4) una cruz. Es una suerte de "monumento" a los muertos. A los lados paralelos a este corredor principal se ubican las bóvedas familiares más antiguas, aunque sus construcciones datan de diferentes años (B). Del lado izquierdo, y paralelas a las bóvedas antes mencionadas están construidas las bóvedas familiares mas recientes (C). El corredor izquierdo (5) perpendicular al principal conduce a las instalaciones sanitarias, oficina y depósito del cementerio (3) y por el corredor derecho se llega a las nicheras (H).

Luego se individualizaron algunos otros sitios objeto del estudio. El sitio (A) fue señalado por el encargado del cementerio como uno de los mas antiguos, y donde se encuentran sepultados "los alemanes". Los sitios (G) y (F) se corresponden a las dos tumbas indicadas como las más antiguas que se conservan. Por su parte, en los sitios (D) y (E) se encuentra una alta concentración de tumbas de niños que, aunque pertenecientes a diversos años, permiten visualizar claros períodos de ocupación en el terreno. El sitio (I) es el más contemporáneo del cementerio, aunque sus límites son imprecisos. Pueden hallarse sepulturas contemporáneas en otros lugares del mismo. Vale aclarar que en la determinación de los lugares solamente podemos señalar algunas tendencias. Seguramente por razones de espacio, motivos económicos y/o inexistencia de familiares muchas de las tumbas han sido ocupadas por otras mas actuales.(22)

Hemos descripto la configuración espacial del cementerio ya que la consideramos esencial para explicar la ubicación de las tumbas. Es decir que las sepulturas y el espacio interno que ocupan tienen un significado no casual. Por otro lado la dificultad de no contar con numerosas tumbas antiguas se refiere, sobre todo, al período 1890-1910. Sólo a partir del último año contamos con verdaderas series de sepulturas. Cabe tomar en cuenta que, a excepción de Ernesto Tornquist,(23) la ciudad y el partido no cuenta con personajes de trascendencia nacional. No abundan los hombres "famosos", los "héroes", pues tampoco han ocurrido acontecimientos significativos que puedan revestirse de un halo "mitológico". De manera tal que el escenario y el vestuario difiere sustancialmente de la de otros escenarios más grandes como el cementerio de la Recoleta en la ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, ello no significa ausencia de personajes poco significativos, por el contrario, ellos están cubiertos de un simbolismo que, en el plano local, engrandecen su imagen porque contribuyen a construir y definir la identidad del pueblo.

En el enterramiento de los difuntos intervienen varios elementos que influyen en el tipo de sepultura a construir. Cuestiones religiosas, tradicionales, afectivas y creencias populares las definen, pero también razones económicas inciden en su construcción. Muchas veces, el standar económico familiar se conjuga con el tipo de sepultura que se elige; de ahí que hemos de describir y determinar los materiales de construcción visibles actualmente en el cementerio de Tornquist. Lamentablemente no contamos por ahora con precios de las sepulturas, de manera tal que nos guiamos por lo informado por el encargado del Cementerio. Al respecto hemos elaborado la siguiente caracterización de los materiales utilizados en base a un criterio de costo y durabilidad descendente:

a) Mármol, granito y rocas de las sierras. Estos materiales indican por sí solos la durabilidad de una sepultura construida con ellos. El paso del tiempo, la erosión natural por las inclemencias climáticas no afectan esencialmente a esas sepulturas. Evidentemente son tumbas que no desaparecerán con el tiempo a menos que intencionalmente se las quite.

b) Mármol y granito combinados con hierro, ladrillos y cemento. Las tumbas construidas con estos materiales combinados entre sí presentan algunos deterioros visibles, sobre todo cuando la estructura está construida con ladrillos y cemento. Perduran en el tiempo en tanto que cuentan con otros materiales que son prácticamente indestructibles salvo intervención del hombre. Ocurre algo similar cuando las tumbas combinan el hierro en su construcción. Pero este material se oxida y merece un cuidado sino permanente, al menos cada cierto tiempo. Además, al estar al aire libre, los monumentos realizados en metales se encuentran en todos los casos deteriorados, producto de la oxidación.

c) Hierro, chapa, bronce, estaño y aluminio. Aleaciones y combinaciones. Son pocas las sepulturas íntegramente construidas con metales (al menos las que se conservan). Esos monumentos presentan en todos los casos un deterioro apreciable. A pesar de ello siguen en pie, pero se advierte, que con el tiempo, estas tumbas tienden a desaparecer, siempre y cuando no se les brinde un cuidado especial. Por otro lado, son muy frecuentes las tumbas que cuentan con un enrejado perimetral, en su mayoría carente de ornamentación, y con alguna leyenda sobre chapa. También éstas se deterioran y, sobre todo, las inscripciones se han tornado prácticamente ilegibles. Muy probablemente, estas muy modestas tumbas son las que en su mayoría han sido objeto de recambios posteriores. Un número muy escaso de ellas se hallan en un estado de cuidado aceptable.

d) Ladrillos, cemento y vidrio. Son varias las tumbas íntegramente construidas con ladrillos y cemento, y en su gran mayoría, están deterioradas o muy deterioradas. Presentan fisuras, rajaduras, hundimientos, caída de revoque, en algunos casos están cubiertas de musgo. También se utiliza el vidrio, en general como tapa a través de la cual se puede ver alguna imagen religiosa, floreros y los cajones mortuorios. Muchas de esas tapas están rotas, parece que desde hace mucho tiempo.

e) Ausencia de materiales. Existen algunas pocas tumbas que no pueden ser datadas porque carecen de monumentos y/o de construcción de cualquier índole. Sólo se reconocen por la existencia (en el mejor de los casos) de un montículo de tierra más o menos notorio. En algún caso poseen una cruz de hierro o cemento que apenas se mantiene en pie, en extremo deteriorada y sin inscripciones de ninguna naturaleza.

Inicialmente hemos reconocido tres períodos en la datación de las tumbas. Por ahora éstos se han determinado en base a la existencia de una continuidad en el tiempo más o menos clara de las tumbas, y en la aparición de estilos diferentes en la construcción de las mismas. No obstante, desde el punto de vista conceptual seguimos a Philippe Aries y la caracterización que hizo de la "muerte ajena". En su ya clásico trabajo el autor estableció cuatro períodos distinguibles en cuanto al modo de afrontarla, de percibirla y de expresarla en el mundo occidental. Denominó a esos períodos como: muerte amaestrada, muerte propia, muerte ajena y muerte prohibida.(24) Nuestro período de estudio, es decir entre fines del siglo XIX y la década de 1940, coincide con el período de "la muerte ajena. A diferencia del período previo ("muerte propia"), donde en líneas generales la muerte es un hecho individual, no se temía a la desaparición física y se esperaba el juicio final a manera de balance de los actos en vida de cada persona, en éste, la muerte ya no era un hecho meramente individual y privado. Hubo entonces un cambio de sensibilidad en la humanidad occidental por la cual la muerte será exaltada y se convertirá en un hecho trascendente en la medida que produce un quiebre en el mundo de lo cotidiano, en la familia. La "muerte ajena", es decir la muerte del otro, del ser próximo, se vive ahora con dramatismo. Los cambios en las relaciones familiares con la incorporación de nuevos vínculos afectivos y sentimentales (manifiestos a través del romanticismo, por ejemplo) durante el siglo XIX hace de la muerte algo insoportable ya que no se tolera la separación definitiva con el ser querido. En los comienzos del mismo siglo se adopta la práctica de la sepultura individual en los cementerios, ahora separados éstos de la iglesia. Con ello se intentaba resolver el problema de la higiene pero también respondía a la necesidad de localizar fácilmente las sepulturas de los familiares y visitarlos. "El culto del recuerdo se extiende rápidamente y el cementerio llega a ser una ciudad de los muertos integrada a la sociedad de los vivos, como su otra cara..."(25) El cementerio de Tornquist se encuadra en líneas generales dentro de las características anteriormente descriptas.(26)

Buscamos en principio las sepulturas más antiguas, con el objetivo de encontrar a la población originaria del pueblo y colonia Tornquist, pero éstas no abundan, por el contrario, son muy pocas (por ejemplo, las de fines del siglo XIX). Ocurre lo mismo para la primera década del siglo XX. El primer período entonces abarca hasta el año 1910. A partir de ese año ya no tenemos problemas para datar las numerosas tumbas de este segundo período, que extendemos hasta el año 1930. Al tercer período, iniciado en ese año, por el momento no le ponemos fin, aunque nos extendemos hasta la década de 1940 solamente.(27) Nos dirigimos al sitio (A) indicado por el encargado del cementerio como el lugar donde se hallan "enterrados los alemanes". Por cierto, en este sector hay una alta concentración de sepulturas pertenecientes a miembros de familias alemanas, las cuales corresponden a diferentes años con representación en los tres períodos que hemos establecido inicialmente. Cuando nos hablaron de este sitio pensamos en un lugar perfectamente demarcado, sin embargo solamente se reconoce por la concentración indicada. Además, enfrentadas o a la par, se encuentran tumbas que pertenecen a familias no alemanas. Para el período que va hasta el año 1910 tomamos cuatro sepulturas: una perteneciente a una familia de origen alemán muy reconocida en Tornquist; dos pertenecientes a familias de origen italiano y una reconoce un origen francés . Es decir que, para este primer período, el sitio presenta una mezcla en las nacionalidades de los muertos y no puede hablarse de predominio alguno.

La sepultura más antigua data de 1894. Corresponde a una persona de sexo masculino italiana(28) (véase la figura 14). Está construida sobre una base de ladrillos y cemento sobre la cual se montaron las placas de mármol que bordean la sepultura, las cuatro pequeñas columnas ubicadas en los ángulos del rectángulo sepulcral y la pequeña pirámide de tres escalones que culmina con una cruz de una sola pieza de mármol en la que se entrelazan unas ramas. También se utilizaron caños de metal que recorrían el perímetro del rectángulo entre columna y columna. La segunda tumba analizada corresponde a una difunta femenino italiana (véase la figura 15). El rectángulo perimetral está construido en ladrillo y cemento; el remate escalonado en su parte posterior culmina en una pesada cruz también de cemento. Contiene una gran placa de mármol en el centro del rectángulo (ubicada a manera de tapa) y está labrada con una inscripción. Ladrillos y mampostería se encuentran deteriorados pero la placa de mármol está intacta. La siguiente sepultura (véase la figura 16) pertenece a una difunta alemana fallecida en 1909, donde se yergue una trabajada escultura. Ella esta montada sobre una estructura y base del mismo material. Sobre el frente inferior de la base se halla labrada una inscripción en alemán. Asimismo, el perímetro de la sepultura está rodeado por cuatro placas de mármol y en sus ángulos se ubican cuatro columnas (dos de ellas terminan en floreros), que originalmente se enlazaban entre sí, seguramente mediante algún tirante de metal. Esta sepultura se destaca, además, porque la escultura es, desde el punto de vista estético, una de las mejores realizadas. Veremos cómo esta sepultura se aleja en su estilo del resto de las tumbas pertenecientes a los alemanes del período siguiente y de otros sitios del cementerio. Finalmente, en la última sepultura (véase la figura 17) se hallan depositados los restos de una persona de sexo masculino francés fallecido en el año 1909. Esta sepultura es un "cajón" de forma rectangular realizado en mármol, cuya tapa, por obra de una falla estructural, se encuentra partida. En la parte posterior de la misma se yergue un monumento muy sobrio del mismo material en cuya cúspide se halla una cruz. Apenas si pudimos leer el año y el nombre del difunto entre una inscripción más amplia, ya que la superficie de la tapa está cubierta de suciedad (en varios casos, como el que comentamos, hemos tenido que efectuar una pequeña limpieza para obtener un dato preciso).

Del mismo sitio (A) seleccionamos para nuestro análisis las doce sepulturas que existen correspondientes al período 1910-1930. El criterio de selección estuvo determinado siempre por la misma razón: este es el lugar más antiguo y el de los alemanes (según nos dicen), y está acotado a un pasillo al aire libre donde las tumbas se enfrentan. Huelga decir que éstas se hallan entremezcladas con las anteriores. De las doce tumbas, ocho corresponden a la colectividad alemana y, de éstas, dos pertenecen a la misma familia y sus ramas parentales (al mismo tiempo, la misma familia está representada en el período anterior con la única tumba seleccionada y comentada más arriba). En total son seis las familias alemanas representadas en este período. Todas las sepulturas se caracterizan por la utilización de materiales sumamente nobles: piedra, granito, mármol y ocasionalmente, bronce (véase figura 18, figura 19, figura 20 y figura 21). Las seis familias alemanas son muy reconocidas en la ciudad de Tornquist por la importancia que han tenido en las actividades económicas del lugar. A diferencia de las anteriores, la sepultura de la figura 22 contiene una importante escultura muy trabajada que escapa a la aparente norma del resto. En efecto, la familia Kugler, cuyo fundador fue un pionero de la colonia Tornquist, mandó realizar ésta como la escultura del ángel con los dos niños del período anterior. En cualquiera de los casos, se destaca la delicadeza y sobriedad de su factura. Finalmente, en el extremo de la sobriedad, la tumba de la figura 23, nos muestra una placa de cortas dimensiones donde se leen los nombres de los muertos, un pequeño monolito de piedra, y el lugar perimetrado por numerosas rocas sueltas extraídas de las sierras cercanas. Una mujer fue sepultada allí en el año 1925, y su esposo, Carlos Lehmann, lo fue en el año 1935. Él también era un reconocido chacarero de la colonia Tornquist, Agrimensor que había trabajado con el Perito Moreno e hijo de inmigrantes suizos radicados originariamente en la colonia de Baradero.

Dentro del mismo sitio seleccionamos cuatro tumbas de italianos para igual período. La primera de ellas (véase la figura 24) guarda relación con la tendencia de las sepulturas anteriormente comentadas incluso por el color negro de la placa en donde están registrados los difuntos. Si pudiéramos abstraernos del angelito incluiríamos a esta sepultura dentro de la tendencia anteriormente descripta. En el escenario particular que es el sitio (A) esta sepultura es una suerte de híbrido entre la clara tendencia en el tipo alemán y otra tendencia, como veremos, diferente, de los italianos. Dicho de otro modo pero sin ser demasiado categóricos, parece que han confluido dos tradiciones distintas. Las dos siguientes sepulturas, en cambio, muestran un abandono de los colores oscuros, destacándose la utilización de la piedra en color blanco (véase la figura 25 y figura 26). También en ellas se rehuye lo modesto del simple monolito. En el caso de la figura 25, la composición arquitectónica de la sepultura es más compleja, y la placa de mármol que se alza en su parte posterior está delicadamente labrada. La figura central representa a una mujer sufriente tomada de una cruz, posadas ambas sobre una "alfombra de flores". Esta escena principal está enmarcada a sus lados con lo que parecen dos columnas unidas por arriba con un arco discretamente labrado con hojas entrelazadas de hiedra. Luego observamos la siguiente sepultura (véase la figura 26) y nos encontramos con una verdadera composición artística monumental, aunque en pequeña escala. La última tumba seleccionada de una familia italiana (véase la figura 27: tumba de la derecha), escapa a las tendencias anteriormente comentadas. Podemos catalogarla como un nicho individual en superficie. Está construida con ladrillos y cemento, elevándose en su parte posterior una cruz de metal. En el frente posee una puerta de metal con cerradura vidriada (actualmente inexistente). De las doce sepulturas originalmente seleccionadas del período 1910-1930, la última desentona radicalmente con la mayoría (véase la figura 28). Se halla sepultada una persona de sexo masculino de nacionalidad suiza. La sepultura es de los años 1920, su construcción es muy sólida y sólo se encuentra "afeada" producto del óxido. Como se observa, tanto la construcción como el estilo artístico no concuerdan con ninguna otra sepultura de las comentadas y, adelantamos, con ninguna otra del cementerio. En algún sentido es una rareza. Recordemos que durante el período que estudiamos las marmolerías ofrecían un amplio catálogo a sus clientes. En el caso de Tornquist, la mayoría de las sepulturas mas elaboradas eran realizadas por encargue en Bahía Blanca y, al menos en un caso ubicado, en Buenos Aires.(29) A pesar de las limitaciones derivadas de ello, es interesante observar la singularidad de los trabajos realizados y las tendencias entre estilo, materiales y nacionalidad de los muertos. Obsérvese que las sepulturas de alemanes de este período tienen un estilo bien definido y sobre todo, se destaca la ausencia total de referencias religiosas y de imágenes significativas exceptuando la sepultura de la familia Kugler comentada mas arriba. No obstante como hemos dicho, esa sepultura es un caso excepcional dentro de los alemanes, ya que la tendencia fue por otro carril de expresión. De todas formas más allá del tema estricto de la muerte y su representación, nos interesa destacar que la alta concentración de difuntos alemanes torna a la cuestión un hecho colectivo en tanto que el lugar se ha reafirmado a lo largo del tiempo como "el de los alemanes".

Respecto del último período, que se abre a partir de 1930, seleccionamos por el momento cuatro sepulturas correspondientes a dicha década, dentro del sitio (A). De las cuatro tumbas, dos corresponden a difuntos de nacionalidad alemana (véase la figura 29 y la figura 30), uno italiano (véase la figura 31), y uno español (véase la figura 32). Para el caso de los alemanes se advierte el carácter poco ampuloso, sencillo de sus monumentos y la utilización de los mismos materiales del período anterior. En el caso de la tumba del fallecido italiano se advierte la combinación de materiales de construcción: metales, ladrillo y cemento, mármol, vidrio. Es una construcción geométricamente perfecta, cargada de detalles que acentúan el carácter religioso de la misma. La obra en su conjunto, nos remite a una pequeña capilla construida en la cima de una colina, dentro de la cual se ubicaban estatuillas con imágenes religiosas. Finalmente la sepultura del difunto español, construida con materiales muy sólidos (grandes placas de granito), se destaca por la sobriedad de los ornamentos y nos sugiere cierta tosquedad y dureza. El observador no puede despegar la mirada de la foto del difunto enclavada en su cruz que resulta desmesurada en relación al conjunto del monumento.

De este primer análisis del sitio (A) surge que en el mismo se hallan sepultados difuntos correspondientes en su mayoría a la nacionalidad alemana; sin embargo, no son los únicos (Principalmente, dos son las familias que han concentrado las sepulturas de sus familiares en este lugar). Debe resaltarse que en este sitio los difuntos, en su gran mayoría, fueron los pioneros de la colonia pero, de todas las nacionalidades involucradas, así como también, el hecho de que los mismos lograron -sino desde el comienzo, durante algún momento a partir de su radicación en el lugar- acceder a la propiedad ya sea en el pueblo, en la colonia o, en el partido. El hecho guarda correspondencia en el tipo de sepulturas que construyeron estas familias. Obsérvese que hasta la década de 1930 no hemos podido encontrar en el sitio (A) sepulturas poco onerosas sino por el contrario. De manera tal que consideramos a los factores tales como el económico o de prestigio jugando un papel importante a la hora de enterrar a éstos muertos. En efecto, es posible reconocer el efecto que pudo operar en el plano del imaginario colectivo del pueblo, el dominio de las expresiones del poder simbólico (coincidentes en estos casos con el poder del capital económico), en el reconocimiento social de las familias pioneras. En otras palabras, estas familias pioneras progresaron en términos materiales, económicos, pero también supieron dominar el campo simbólico dejando su impronta en el cementerio y, con ello, edificarse como tal dentro de la comunidad.(30)

Es efectivamente en el plano simbólico donde el cementerio muestra su mayor riqueza. Expresiones de dolor, religiosidad, amistad, poder, prestigio social y económico, conflictos sociales y familiares tienen cabida en él. Fuera del sitio descripto se hallan en la zona mas antigua del cementerio, tres tumbas que, por distintas razones son bien reconocidas: La más añeja (véase la figura 33) corresponde a un difunto de nacionalidad suiza, pionero de la colonia Tornquist. Por ordenanza municipal esta tumba jamás podrá ser removida, dado su carácter histórico. Además, la solidez de la piedra de su monumento garantizará su permanencia. La segunda sepultura (véase la figura 34) es también una de las más antiguas y, salvo por acción humana, permanecerá como un eterno recuerdo. Es, sin lugar a dudas, una obra de arte realizada en un solo bloque de mármol esculpido. La tercera sepultura es del año 1906 (véase la figura 35). El difunto, de nacionalidad italiana, no tenía al parecer familiares: "A nuestro querido amigo... recuerdo dedicado por sus compañeros" se lee con mucho esfuerzo debajo de la cruz sepulcral. Una modesta sepultura de cemento y piedra que ocupa un lugar mas grande de lo normal, en recuerdo de un personaje pueblerino muy conocido para algunas generaciones de torquineses.(31) Estos son los pequeños héroes sobre quienes se cuentan muchas anécdotas. La medida del Municipio, la fuerte expresión material simbólica de las tumbas y las historias que se cuentan, todo contribuye a que perdure en el imaginario colectivo un pasado particular ligado a estos hombres.(32)

Finalmente mostramos la tumba de Rodolfo Funke (véase la figura 36), de nacionalidad alemana. Una persona muy conocida por nosotros y por los ciudadanos de Tornquist. Tanto la sepultura como su ubicación dentro del cementerio marcan su presencia incontrastable. Imaginémonos entrando al cementerio por la puerta principal y, hacia la izquierda por el corredor principal, en el lugar donde debió construirse una bóveda, se yergue esta tumba que por ningún motivo puede pasar desapercibida. En términos teatrales, domina la escena. Se visualizan en el monumento concepciones modernas. No deja de ser una construcción sobria, con formas geométricas, líneas rectas, sólo alteradas por el remate de los escalones curvos en la izquierda, y cierto grado de monumentalismo. En el centro de la misma se ubica una portentosa urna con el nombre de Rodolfo Funke, nacido en 1852 y muerto en el año 1938. No parece casual que una obra de estas características -a tono con la moda artística de la época- se haya erigido para este personaje pues -recordemos el teatro que lleva su nombre- Funke ha sido el único que puede considerarse como el padrino de las artes en el pueblo.

5. Comentarios finales.

Estamos lejos aún de ofrecer conclusiones acabadas sobre las cuestiones analizadas, de manera que las que aquí brindamos son en gran medida abiertas.

Una de las cuestiones que nos parecen más claras es la individualización en el imaginario colectivo de Tornquist del pasado alemán. En efecto, las familias alemanas se identifican con los pioneros de las región pero hemos señalado que esto es parcialmente cierto por cuanto el grueso de las primeras familias arribadas a Tornquist eran rusas y luego, en escala descendiente, rusa-alemanas junto a otras de igual densidad, como suizas, dinamarquesas, italianas y españolas (todas pioneras en su conjunto). Cabe destacar que los entrevistados fueron todos descendientes de italianos y españoles entonces, ¿por qué la figura del pionero se identifica tan claramente con aquella nacionalidad? Nos parece que una interpretación para este fenómeno debe hallarse en el contexto histórico del período formativo de la Argentina Moderna. Por esos años se consolidó un modelo hegemónico de convivencia social dentro del cual, el sistema económico se apoyó sobre la producción primario exportadora. Dentro del esquema, exitoso durante largo tiempo, podemos identificar varias familias pioneras de Tornquist que progresaron hasta el punto de encontrarlas aún hoy siendo propietarias en la región. Son estas las familias fuertemente representadas en el cementerio y su origen es alemán. Si hubo un apogeo de la Argentina inmediatamente se remite a aquellos años en los que sus protagonistas más exitosos sobreviven en el recuerdo como pertenecientes a la comunidad étnica aludida.

Dentro de la misma argumentación se inscribe el recuerdo de la personalidad más destacada de los alemanes, nos referimos a Rodolfo Funke. Por cierto que su persona resalta por varios otros factores dado su carácter multifacético. Representa, aunque no haya ocupado cargos políticos al poder local. Esa imagen significativa en el pueblo representada en el Teatro que lleva su nombre, guarda una perfecta correspondencia en el homenaje que se le ha ofrecido a pocos metros de la entrada al cementerio. No es casual que así sea. En la necesidad colectiva de los pueblos por construir su propia identidad relacionada a su pasado es frecuente encontrar mitos, leyendas, un imaginario que se teje alrededor de las figuras que representan el origen, o que han participado del período formativo local. Una suerte de imagen protectora rodea a su recuerdo y es probable que él la haya cultivado. En cualquiera de los casos Funke es un símbolo muy importante del pueblo, el del pionero alemán exitoso que se quedó en el lugar formando parte del gran momento de expansión de la producción agrícola pecuaria de la Provincia de Buenos Aires.

A diferencia de Funke, de Ernesto Tornquist, el fundador del pueblo y de la colonia, se tiene la idea de que hizo un negocio y que no le importaba la región. Hemos señalado su personalidad multifacética y en particular, su preocupación por la producción industrial. En este sentido puede considerárselo como uno de los pioneros de la industria en la Argentina en una época en que esa actividad económica se encuentra en un plano marginal dentro del modelo hegemónico. Dicho modelo fue sustentado políticamente por el liberalismo vernáculo por un lado y, económicamente mientras la demanda externa de los productos primario exportadores arrojaba saldos positivos para la Argentina por otro, haciendo posible por ello la hegemonía del mismo durante más de cuarenta años. Nos parece que durante ese largo período de hegemonía del modelo todos los sectores sociales del mundo rural, es decir, desde el gran propietario hasta el último jornalero estuvieron involucrados en el sostenimiento del mismo. En ese marco Funke -y no Tornquist- aparece en el plano local como el representante del modelo, cuyos intereses en definitiva, son tomados como propios por la mayoría de la población.(33) Esto se ve mejor cuando irrumpa la crisis de 1929-30 y la sociedad rural en su conjunto resista los cambios que de hecho se operaron en la economía Argentina. Es conocida, no obstante, la falta de una política industrial y la insistencia en continuar con el modelo agroexportador por parte de las autoridades políticas nacionales, lo cual nos habla de la impronta dejada durante largos años de hegemonía. Como lo señalamos más arriba, el Gobernmador de la Provincia de Buenos Aires, el conservador Manuel Fresco (1936-1940), fue el mas fiel representante de una sistema de dominación que en su faceta económica propugnaba por ''la vuelta a la normalidad''. Su plan de Obras Públicas Provincial consistía en llevar al mundo rural pampeano, los beneficios de la gran ciudad: caminos, puentes, mataderos, edificios municipales, renovación de plazas, fachadas de cementerios monumentales -el de Saldungaray, por ejemplo-, etc. Con ello se exaltaban los localismos y la representación del poder en el plano local. No nos parece casual que durante su mandato se halla construido el edificio Municipal con un estilo sobrio y monumental y, al mismo tiempo, a Rodolfo Funke, el pionero más exitoso, se le haya erigido una tumba (1938) que guarda un estilo muy similar al del anterior. Símbolos y representaciones que recuerdan a un pasado glorioso que se añora y pretende recuperarse. Aún hoy, el habitante de esos pueblos y pequeñas ciudades de la Provincia de Buenos Aires señala, ante la falta de alternativas reales, que vive del campo cualquiera sea su profesión. Nos parece que allí se formó una cultura determinada sobre la que habrá que seguir reflexionando.

Figuras

Figura 1

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Figura 2

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Figura 3

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Figura 4

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Figura 5

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Figura 6

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Figura 7

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Figura 8

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Figura 9

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Figura 10

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Figura 11

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Figura 12

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Figura 13. Croquis del cementerio

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Figura 14

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Figura 15

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Figura 16

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Figura 17

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Figura 18

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Figura 19

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Figura 20

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Figura 21

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Figura 22

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Figura 23

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Figura 24

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Figura 25

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Figura 26

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Figura 27

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Figura 28

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Figura 29

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Figura 30

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Figura 31

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Figura 32

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Figura 33

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Figura 34

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Figura 35

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Figura 36

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Notas

(1) La investigación en cuestión: "Pueblos bonaerenses: Espacio urbano y apropiación. El caso de Tornquist, 1880-1950", fue desarrollado por René Longoni, Guillermo Quinteros, Virginia Galcerán y equipo. Unidad de Investigación Nro. 10 del IDEHAB (Instituto de Estudios del habitat), Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata. Informe final de Incentivos a al Investigación, 2000.

(2) El análisis de estas cuestiones implica seguir el desarrollo teórico de A. Gramsci en lo relativo a sus conceptos sobre cultura, bloque cultural y social, filosofía y, cosmovisión del mundo. (Gramsci, 1977:Cap. 1: "Introducción al estudio de la filosofía y del materialismo histórico 12-13, 15-18 y sig.). Una definición de cultura que guarda relación con los conceptos anteriores es: "La producción de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social." (García Canclini, 1985)

(3) Las entrevistas fueron realizadas en forma abierta y semi-abiertas por la Licenciada en Antropología Licia Pagnamento con la
colaboración del autor.

(4) Su fundador, Ernesto Tornquist, había sido nombrado gerente de ''Bunge, Ferber y Cia'' en el año 1871, transformada dos años después en ''Ernesto Tornquist y Cia'' (Madero, 1980:8). El pueblo y la colonia se fundó en terrenos de su propiedad.

(5) Noviembre de 1910, Ley que cambia el nombre del Partido de Las Sierras por el de Ernesto Tornquist. Registro Oficial , p. 884.

(6) Los primeros informes sobre la población de la colonia Tornquist provienen de dos viajeros; Alexis Peyret (de nacionalidad francesa) y de Teodoro Morsbach (de nacionalidad alemán) quienes recorrieron la región durante el año 1887, es decir a 4 años de fundado el pueblo. Coinciden en señalar la existencia de unas 200 personas en su totalidad inmigrantes, mayoritariamente rusas y rusa-alemanas (Peyret, 1889:332 y sig.; Morsbach, 1888:16 y sig).

(7) Hemos observado dichas tendencias a través de las actas del Registro Civil para los años 1895 y 1906-1910. Las Actas de Nacimientos del año 1895 son las fuentes fidedignas más cercanas a la época de la fundación del pueblo y colonia, junto al censo Nacional del mismo año que está siendo relevado. No obstante, el análisis de las Actas mencionadas arrojan el siguiente resultado: Sobre un total de 29 nacimientos las nacionalidades de los padres se descomponen en 32% de Argentinos; 22% de Rusos; 17% de Ruso-Alemanes; 7% de Italianos; 7% de Españoles y, 15% de Alemanes, Suizos, Dinamarqueses e Ingleses. Elaboración propia.

(8) Sobre las cuestiones señaladas para el período 1870-1930 existe una copiosa bibliografía, entre otros: Roffman y Romero, 1974; Gorostegui de Torre, 1972; Cortes Conde y Gallo, 1972; Di Tella y Halperin Donghi, 1969; Oszlak, 1990; Botana, 1985; Cortes Conde, 1974, Lewis, 1980; Barsky y Pucciarelli, 1997; Barsky y otros, 1992.

(9) Cuestión que, por ejemplo, puede verse en estos datos: En el año 1906 (creación del Partido de Las Sierras) se registraron 399 Marcas (ganado vacuno y caballar). Entre 1907 y 1914 fueron registradas 751 Marcas; entre 1915 y 1932 fueron registradas 1180 Marcas, y entre 1933 y 1936 se registraron 749 Marcas. Si bien no podemos comprobar fehacientemente cuantas de las marcas permanecieron activas durante todo el período, compárense sus totales con el número de propietarios de tierras que brindamos: Año 1895, 43 propietarios; año 1918, 65 propietarios; y, 1939, 147 propietarios. Datos propios en base a Libros de Marcas de la Municipalidad de Tornquist. En: Archivo de la Municipalidad de Tornquist. Los datos sobre propietarios de tierras en: Informe final de Incentivos citado.

(10) Un breve repaso sobre la estructura ocupacional del Partido de Tornquist arroja estos resultados: Sobre un total de 580 casos para los años 1906-1910, la profesión de los padres de los recién nacidos se descompone de la siguiente manera: Jornaleros 35%; Agricultores 31,3%; Comerciantes 14,5%; Hacendados 5,6%; Empleados 2,8% y, Carrero, Fideero, Cochero, Albañil, Carpintero, Mecánico 10,8%. Datos propios sobre Actas de Nacimientos del Registro Civil de Tornquist.

(11) Esta información consta en los Libros Contables de la Municipalidad de Tornquist. Balances rubricados por el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires. En Archivo de la Municipalidad de Tornquist, Libros de los años 1906, 1908, 1911 y 1914-20.

(12) Para estas cuestiones pueden verse entre otros, Schvarzer, 1996; Cantón, Moreno y Ciria, 1986; Diaz Alejandro, 1975; Fodor y O'Connell, 1973.

(13) A título ilustrativo -ya que el tema de la población del Partido de Tornquist se desarrolla en otro lugar- brindamos estas cifras: para 1895 habitaban el pueblo, colonia, y campos linderos 550 personas; para 1914, 2389; para 1924, 3296; para 1937, 3850; y, para 1960, 3062 personas. Sin tomar en cuenta la primera cifra, a partir de 1914 los porcentajes de crecimiento de población son: 38% para 1924; 16,80% para 1937; y -20,46% para 1960. (Los porcentajes para el resto del partido son respectivamente: 36,75%; 30,95%; y, -25,36%) Fuente: Censos nacionales de población, Anuario Estadístico del Estado de Buenos Aires de 1924 y Guía Comercial del Ferrocarril Sud de 1937.

(14) Sobre la llamada "década infame" y, en particular sobre el gobierno de Fresco puede verse a Jorge, 1986; Ciria, 1975; Bitran y Scheider, 1991; Walter, 1987.

(15) Entre otros pueden consultarse los siguientes trabajos: Carrafrano y otros, 1984; Bellucci, 1992; Longoni y otros, 1998-1999.

(16) En la fachada de este cementerio se construyó durante el Gobierno de Fresco (1936-40) un imponente monumento con la cara de Jesús crucificado visible desde unos cuantos kilómetros por la ruta de acceso al pueblo de Saldungaray.

(17) Para poder realizar esa tarea sería necesario un trabajo de campo mucho más profundo y obtener los permisos correspondientes para obtener, por ejemplo, registros fotográficos de las construcciones en las estancias.

(18) Una muy completa descripción del Partido de Tornquist así como también, el proceso de anexión de chacras se encuentra en los informes de Incentivos 2000 y 2001. Equipo de investigación de la Unidad Nro. 10 del IDEHAB ya citado.

(19) Para el caso de la ganadería tenemos prueba de ello en el Registro de marcas y señales en donde constan las miles de cabeza de ganado vacuno y lanar trasladado hacia y desde sus estancias todos los años. Archivo de la Municipalidad de Tornquist. Libro de Marcas, años 1909-1930 y Libro de Señales, años 1906-1920.

(20) Las citas textuales son de Williams, 2001: 117-118 y 119-120.

(21) Quien desea permanecer en el anonimato.

(22) El mantenimiento y pago por los derechos de sepultura puede ser una carga pesada para los familiares, cuando los hay. También debe considerarse a la práctica de reducción de los restos de los muertos como factor que incide en la desaparición de las tumbas mas antiguas.

(23) Sus restos fueron trasladados y sepultados en la parroquia de la ciudad a mediados de 1980.

(24) Aries, 1999 y 2000: 23-98.

(25) Jáuregui, 1993:80.

(26) Cabe destacar que no profundizamos en este lugar la manifestación de la muerte en sí misma sino, sus expresiones materiales relacionadas a las cuestiones planteadas al comienzo del trabajo. Quinteros, 2001

(27) Se visualizan en él la aparición de nuevos estilos en las construcciones de las sepulturas, conviviendo con las más antiguas. Recalcamos que esta periodización se halla en sus comienzos, así como también el análisis de las sepulturas.

(28) De aquí en adelante la nacionalidad debe leerse como de origen ya que en muchos casos no tenemos la certeza de la misma. Nos guiamos por el apellido, aunque cabe destacar que muchos de ellos se encuentran en las partidas de matrimonios, defunciones y nacimientos, donde la nacionalidad se expresa claramente.

(29) Hemos intentado obtener una copia de esos catálogos, sin resultado positivo por el momento.

(30) Los conceptos como "capital simbólico", "campo", etc. que seguimos, son abordados por Bourdieu, 1996:127 y sig; 158 y sig.; Bourdieu, 1997:107 y sig.

(31) Según lo manifestado por los ancianos era una persona muy solícita con los demás y amigo de todos.

(32) Sobre el tema de los imaginarios hemos consultado a Baczko, 1991:7-10.

(33) Para esta argumentación hemos seguido a Bourdieu, 1996:167-169.

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Fecha de publicado: 15 de diciembre de 2002

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