Dossier: Acceso y tenencia de la tierra en Argentina. Enfoques locales y regionales, siglos XVIII-XX

Estructura productiva y sujetos sociales en la expansión del ovino. El caso del partido de Saladillo en 1870(*)

Balsa, Javier

CONICET
Universidad Nacional de La Plata
Universidad Nacional de Quilmes
jjbalsa@unq.edu.ar

Colombo, Guillermo

Grupo de Estudios Agrarios
Instituto Argentino para el Desarrollo Económico
Universidad de Buenos Aires
guillermoeduardocolombo@yahoo.com.ar

Resumen
La expansión capitalista en el agro bonaerense durante la segunda mitad del siglo XIX fue asociada a la “fiebre del lanar”. En este trabajo nos hemos propuesto analizar las estrategias económicas de los propietarios de tierras, en términos de las formas de combinación de renta y ganancia (producción directa o cesión en arriendo), y, al mismo tiempo, lograr un mejor conocimiento de la estructura social agraria propia de la ganadería en la época del lanar, distinguiendo el peso numérico y la significación productiva de los diferentes productores rurales, según el lugar que ocupaban en la organización social del trabajo, el tamaño de los stocks ovinos y vacunos, y las orientaciones productivas que desarrollaban. El hallazgo de una fuente estadística inusual nos ha permitido precisar el análisis de estas cuestiones, al menos para un partido de la provincia de Buenos Aires (Saladillo) hacia 1870, al promediar el período de la expansión ovina.

Palabras clave: Renta. Ganancia. Productores rurales. Expansión capitalista. Estructura social.

Abstract
The capitalist expansion in the bonaerense´s agriculture during the second half of the XIXth century was associated to the “fever of wool”. In this work we intend to analyze the economic strategies of the land owners, in the matter of combination of rent and profit (direct production or renting), and, at the same time, we intend to achieve a better knowledge of the social agrarian structure of the cattle-rising in the wool era, distinguishing the numeric weight and the productive signification of the different rural producers, based on the place that they got in the social organization of work, the size of their sheep and cattle stock, and the productive orientation that they developed. The discovery of an unusual statistic source has let us make more precise the analysis of this matter, at least for a district of the Buenos Aires province (Saladillo) towards 1870, at the half of the sheep expansion period.

Keywords: Rent. Profit. Rural producers. Capitalist expansion. Social structure.


1. Introducción

La expansión capitalista en el agro bonaerense durante la segunda mitad del siglo XIX, asociada a la “fiebre del lanar”, había merecido interesantes referencias en las obras de Giberti (1954) y Ortiz (1955). Más recientemente, gracias a los trabajos de Korol e Hilda Sábato (1981), Posada (1991) y sobre todo al libro de Sábato (1989) y al trabajo de síntesis realizado por Barsky y Djenderedjian (2003) contamos con un análisis mucho más detallado y sistemático de este proceso. Especialmente en el trabajo de Sábato encontramos el estudio de las principales características de la producción ovina durante este período: los distintos ciclos por los que atravesó esta producción, los circuitos de comercialización, el manejo de los créditos , y los principales actores sociales intervinientes (trabajadores, estancieros y farmers). Pero, Sábato reconoce que en su libro “se han dejado de lado otros aspectos muy importantes para comprender las transformaciones operadas en esta etapa en la región, como [...] las características que va adoptando la estructura social”. (Sábato, 1989:25). Así, sólo tangencialmente encontramos algunas estimaciones acerca del peso de los “estancieros” y los “sheep-farmers” en el proceso de producción.(1) Es así que resta profundizar el estudio de dos cuestiones que son, a nuestro criterio, claves para complementar el conocimiento de la producción ovina: las formas sociales de organización de la producción en el interior de las unidades de propiedad, y la correspo ndiente estructura social agraria.

En este sentido, un supuesto implícito, pero ampliamente compartido hasta hace pocos años por la historiografía, es la identificación entre unidad de propiedad y unidad productiva. En esta identidad, las estancias pampeanas (pequeñas, medianas o grandes) serían la base de toda la producción ganadera. Con el auge del ovino se habría incorporado a la producción directa con asalariados, la utilización de medieros, pero manteniendo el propietario del suelo, el control del proceso productivo. En principio esta identidad acarrea una confusión terminológica: “estancia” es a la vez una propiedad de tamaño considerable, y una explotación agropecuaria de orientación ganadera.(2) Como consecuencia de esta identidad propiedad-explotación, el arrendamiento ganadero resultó un fenómeno no visible para la bibliografía especializada(3) o, en todo caso, que no merecía un tratamiento específico.(4) El propio trabajo de Sábato, si bien sostiene que “el arrendamiento era una práctica bastante extendida en Buenos Aires”, al mismo tiempo considera las empresas organizadas sobre tierra arrendada “como casos particulares de las categorías más generales de estancia y de explotación familiar” (Sábato, 1989:132) y, de este modo, los arrendatarios quedan subsumidos dentro de los propietarios de tierras, grandes o pequeños (Sábato, 1989: capítulos IV y V).

Sin embargo, si el arriendo tenía una significación sustancial en la producción ovina (hipótesis que sostenemos a partir del análisis contenido en el presente trabajo), debe modificarse la conceptualización sobre la organización de la producción en este período. En primer lugar, desde el punto de vista de los propietarios de tierras, merecen analizarse los componentes completamente rentísticos o rentístico-productivos de sus conductas económicas. Y, en segundo lugar, habría que reconsiderar la estructura agraria resultante.(5)

Si los trabajos más recientes no han podido avanzar sobre estos tópicos para la etapa de la expansión ovina no ha sido sólo por una cuestión conceptual sino también por la carencia de datos apropiados. En este sentido, el hallazgo de una fuente inusual nos ha permitido precisar el análisis de estas cuestiones, al menos para un partido de la provincia de Buenos Aires (Saladillo) hacia 1870, al promediar el período de la expansión ovina. La pasión por la estadística del maestro de escuela y periodista José A. Rossi, nos permiten acceder a la información contenida en una serie de detallados cuadros sobre las caraterísticas de este partido(6) Cuadros estadísticos de la población, riqueza, industria y comercio del partido de la Asunción del Saladillo , compilados por José A. Rossi y editados por la Agencia General de Comisiones de J.A. Rossi y Ca., Buenos Aires, 1871. En relación con nuestra línea de análisis, la principal riqueza de esta fuente consiste en que registra detalladamente cada uno de los propietarios de ganado, su relación con el suelo, la cantidad de animales y su ubicación en las distintas propiedades, además de las características de las mismas (extensión y edificaciones).

Partiendo de esta fuente, nos hemos propuesto analizar las estrategias económicas de los propietarios de tierras, en términos de las formas de combinación de renta y ganancia (producción directa o cesión en arriendo), y, al mismo tiempo, lograr un mejor conocimiento de la estructura social agraria propia de la ganadería en la época del lanar, distinguiendo el peso numérico y la significación productiva de los diferentes productores rurales, según el lugar que ocupaban en la organización social del trabajo,(7) el tamaño de los stocks ovinos y vacunos, y las orientaciones productivas que desarrollaban.

2. La fuente

José A. Rossi(8) da fe reiteradamente de profesar un profundo interés por recoger los datos del modo más fidedigno a su alcance.(9) Al respecto, transcribimos en extenso la explicación que brinda para destacar su preocupación por la metodología utilizada en su relevamiento de los ganaderos:

“   Hemos cuidado con mucho esmero esta sección, siendo incontestable que la ganadería es la principal riqueza del Partido, así como lo es de la república toda.

Sin embargo, debemos admitir que algunos habrán abultado sus bienes así como otros no habrán indicado el verdadero número de sus ganados. Esta observación no alcanza á los grandes establecimientos y podemos garantir formalmente los datos de los establecimientos de Polvaredas, del 7 de Diciembre, S. José de la Dulce , Porvenir, Toledo, Atucha, etc. Hecha esta advertencia, es fácil deducir que no será notable la diferencia y podemos admitir como muy exactos los datos consignados; ademas que hemos tenido la precaución, cuando hemos dudado de las indicaciones de algún ganadero, de rectificar los datos por medio de personas allegadas, amigos, vecinos y también los alcaldes, quienes no se rehusaban de decir si eran ó no verdaderos.

Será inutil advertir que hemos despreciados los picos en las grandes cantidades de hacienda.

En la columna número puestos, se indica en cuantas poblaciones está repartido el ganado.

El nombre del establecimiento principal y de su dueño se anota con letras negritas.

Como en cada estancia hay habilitados, medianeros, interesados, etc. debemos indicar que toda la hacienda se ha anotado al nombre del habilitador o propietario, y sólamente se ha hecho mención del medianero ó peon que, independiente del ganado que ha recibido, tiene algo de su propiedad” (Rossi, 1871: 69).

Hemos chequeado la representatividad de los datos compilados por Rossi por dos vías. En primer lugar, encontramos que la suma total de ganado presente (discriminado por cada uno de sus poseedores) prácticamente coincide con el stock censado en 1869, tal como podemos observar en el tabla 1.(10)


Tabla 1: Ovinos y vacunos en el partido de Saladillo

 

Censo 1869

Rossi

vacunos

152.146

149.814

ovinos

1.917.036

1.907.500

En segundo lugar, de las 442.459 hectáreas que según Rossi poseía Saladillo,(11) las 111 “estancias” (entendidas como propiedades) descriptas en los Cuadros estadísticos... dan cuenta de 384.614 hectáreas . Si agregamos la superficie ocupada por el pueblo, las quintas y las chacras llegamos al 89% del total del partido.

A pesar de sus ventajas, lamentablemente, la fuente no nos brinda información sobre la superficie en arriendo; sin embargo, sí conocemos la cantidad de cabezas de cada poseedor de ganado. En un contexto de escaso desarrollo de plantas forrajeras, este dato se convierte en un buen indicador de la importancia productiva de los sujetos sociales presentes en cada una de las propiedades. Por otra parte, por su escasa significación, hemos dejado de lado las quintas y las chacras consignadas en la fuente (ocupaban en total menos de 8.000 hectáreas ).(12)

La fuente sólo describe la situación para el año de 1870, por lo que nuestro análisis será simplemente sincrónico. De todos modos, esta fecha se encuentra en plena etapa del ovino, por lo que nuestro análisis podrá brindar un cuadro de situación de este momento del desarrollo ganadero.(13)

Consideremos ahora brevemente las características de Saladillo: ubicado a unos 180 kilómetros al Suroeste de la ciudad de Buenos Aires y con el río Salado como su límite Norte, podría considerarse un partido propio del auge del ovino, ya que no tenía una importante tradición productiva previa (como la zona al Norte del Salado)(14) y, al mismo tiempo, no sufrió fuertemente los avatares de las incursiones indígenas.(15) Se ha estimado que en su conformación Saladillo recibió un flujo inmigratorio de jóvenes de sectores más alejados de la campaña y también de individuos más maduros del vecino partido de Lobos (Mateo, 1993b: 179-180, en base a datos censales de 1854). Ya para 1869, Saladillo presentaba una pirámide poblacional de ancha base, que evidencia una dilatada natalidad, al tiempo que una marcada masculinidad juvenil y adulta (Mateo, 1993b: 184-185).

Por último, dos aclaraciones metodológicas. En primer lugar, en los pocos casos en que un productor tenía varias propiedades dentro de Saladillo, las hemos unificado. En segundo lugar, para cotejar la importancia de los vacunos con la de los ovinos, hemos empleado un coeficiente para hacer equivalentes la carga de ambos ganados sobre la tierra y, para ello, hemos multiplicado a los vacunos por ocho haciéndolos equivalentes al ganado menor (los ovinos), según los parámetros utilizados en la época, por ejemplo por el Censo General de la Provincia de Buenos Aires de 1881.

3. La estructura de la propiedad de la tierra

Según el análisis de la Contribución Directa efectuado por Barsky y Djenderedjian (2003: 533) en 1863 había 24 propietarios en el partido de Saladillo que ocupaban unas 240.389 hectáreas , con un tamaño promedio de 10.016 hectáreas . Con los procesos de ventas de tierras públicas en base a las leyes de 1864 y, especialmente, de 1867, se vendieron 183.098 hectáreas (Valencia, 2005: 309 y 315).(16) Para 1871, Rossi consigna 111 propietarios de “estancias” presentes en Saladillo.(17) Su tamaño medio era de 3.720 hectáreas , una cifra muy inferior a la de 1863.(18) De todos modos, la distribución de la propiedad en Saladillo era un poco más concentrada de la que existía en 1864 en el conjunto de partidos ubicados al Norte del Salado, según las estimaciones realizadas por Sábato (1989). En ambas áreas, las propiedades de más de 5.000 hectáreas constituían el 14% de las propiedades, pero en el Norte del Salado las mismas ocupaban el 51% de la superficie, mientras que en Saladillo daban cuenta del 62% del partido.

Asimismo, es posible distinguir a los propietarios de campos según la cantidad de hectáreas que poseían en el partido. Para realizar los cortes, hemos tomado las diferenciaciones presentes en el texto de Sábato (1989) y retomadas por Pucciarelli (1993). Según Sábato hasta las 1.750 héctáreas eran unidades familiares, mientras que las estancias grandes tenían más de 5.000 hectáreas . Entre estos dos tamaños, se encontrarían las que Pucciarelli presenta como “estancias medias”. Por otro lado, hemos fijado en 200 hectáreas el límite inferior de un establecimiento familiar, ya que esta superficie era la requerida por una majada de ovejas.(19) Debemos aclarar que estos cortes contienen implícitamente la identidad entre unidades de propiedad y unidades de producción, que ya hemos cuestionado en páginas anteriores. Sin embargo, ya que no contamos con la información sobre la superficie ocupada por los diferentes productores, hemos utilizado los agrupamientos propuestos, a fin de proporcionar información relativamente comparable con la presente en la bibliografía especializada.

Nuestro análisis prueba que, si bien, las propiedades de 200 a 1750 hectáreas representaban casi la mitad de las unidades de propiedad, sólo ocupaban una porción muy pequeña del partido (ver tabla 2).(20) En cambio, un puñado de grandes propiedades daban cuenta de la mitad de la superficie relevada. También podemos observar que existía un importante estrato de estancieros “medios” (entre 1.750 y 5.000 hectáreas ) que, al tiempo de representar casi un tercio de los propietarios, tenían un cuarto del área total.


Tabla 2: Propietarios de la tierra. Número y cantidad de hectáreas

 

número

porcentaje

hectáreas

Porcentaje

menos 200

13

11,7%

450

0,1%

200-1750

52

46,8%

51.962

13,2%

1750-5000

32

28,8%

96.465

24,5%

5000-10000

6

5,4%

43.139

10,9%

más de 10000

8

7,2%

202.356

51,3%

4. Unidades de propiedad - unidades de producción

El análisis de los Cuadros estadísticos... da cuenta de una estructura productiva mucho más compleja que la identificación entre unidad de propiedad y unidad productiva, en la cual los arrendatarios tenían un papel insoslayable. Entre los propietarios presentes en Saladillo encontramos una enorme diversidad de estrategias económicas: algunas “estancias” se encontraban totalmente en manos de arrendatarios u otros ganaderos; en otras, el estanciero controlaba personalmente toda la producción; mientras que en la mayoría, se combinaba producción directa con cesión parcial del campo en arriendo. A falta de información sobre las hectáreas que los propietarios cedían en arriendo o en aparcería, hemos utilizado el porcentaje del ganado del propietario sobre el total del ganado existente en el campo, como estimador de la significación de la producción directa o la realizada por terceros.

Hemos diferenciado las unidades de propiedad según cuatro formas de organización de la producción: “Cedidas en arriendo”(21) (propiedades en las que el propietario poseía menos del 20% del ganado presente en su campo), “Cedidas / empresariales” (entre el 20% y el 50% del ganado en manos del propietario), “Empresariales / cedidas” (entre el 50% y el 80% del ganado en propiedad del propietario) y “Empresarial” (con más del 80% del ganado en manos del dueño de la tierra). Si bien estas divisiones se refieren más a la conducta de los propietarios que a las características de las unidades de propiedad, calificamos a éstas pues sólo contamos con los datos referidos al partido de Saladillo (no sabemos de las estrategias económicas que estos sujetos podían tener en otras posibles propiedades ubicadas fuera del partido).

Podemos destacar la importancia del rentismo: el 26% de las propiedades se encontraban en la categoría de “Cedidas en arriendo” (un 19% las cedían por completo). Las “estancias” que combinaban cesión en arriendo y producción directa, eran un tercio, mientras que las propiedades en las que el dueño se hacía cargo, total o casi totalmente, de la explotación de sus campos constituían un 41% (ver tabla 3).


Tabla 3: Propiedades según estrategias económicas

 

Propiedades

Porcentaje

“Cedidas en arriendo”

28

25,7%

“Cedidas / empresariales”

17

15,6%

“Empresariales / cedidas”

19

17,4%

“Empresariales”

45

41,3%

Total

111

 

Resulta sorprendente la escasa relación que las estrategias económicas de los propietarios de tierra guardan con el tamaño de las mismas. La correlación lineal entre las estrategias económicas (rentismo/producción) y el tamaño de la propiedad resulta completamente nula (r = 0,0006), y tampoco se observan relaciones no lineales; por el contrario, existe una impresionante variabilidad de conductas, para todos los tamaños (ver Gráfico 1, con base semilogarítmica).


Gráfico 1. Distribución de las “estancias” según la conducta económica del propietario
(medida en la relación entre la cantidad de ganado propio sobre el total de ganado presente en el campo).

Sin embargo, si analizamos los estratos de tamaño podemos observar algunas diferencias en las estrategias. Por un lado, la mayoría de las propiedades de menos de 1.750 hectáreas se ubicaban en los dos polos de este continuo: unas eran claramente empresariales, y otras cedían sus campos en arriendo (tal como podemos observar en la tabla 4). Por otro, sorprendentemente, las propiedades medianas (1.750 a 5.000 hectáreas) eran más rentísticas que las grandes propiedades: entre las 32 medianas, 15 eran “Cedidas en arriendo” (en 10 de ellas el propietario no poseía ningún ganado); en cambio, no existía ningún gran terrateniente que tuviera esta conducta. Además la mayoría del resto de las propiedades medianas combinaban arriendo y producción directa; al tiempo que la gran mayoría de las unidades de más de 5.000 hectáreas eran “Empresariales / cedidas” o “empresariales” (ver tabla 4).

 
Tabla 4: Cantidad de propiedades según estrategias económicas y tamaño del campo

“Cedidas en arriendo”

“Cedidas / empresariales”

“Empresariales / cedidas”

“Empresariales”

menos 200

3

--

--

2

200-1750

10

7

8

30

1750-5000

15

6

5

6

5000-10000

--

1

3

5

más 10000

--

3

3

2

Total

28

17

19

45

 5. Los propietarios de ganado

Esta diversidad de estrategias económicas presentes en los propietarios de la tierra, determinó una heterogeneidad social con diferentes tipos de propietarios de ganado, ya que en las 111 propiedades analizadas, hemos encontrado 391 propietarios de ganado ovino y/o vacuno. Como podemos observar en la tabla 5, la gran mayoría de los dueños de ganado eran arrendatarios, seguidos en importancia por los propietarios y los puesteros; en cambio, la aparcería (mediería o tercería) con aporte de ganado por parte del productor directo era una forma de tenencia de muy poca significación. Lamentablemente, los Cuadros estadísticos... sólo consignan a los sujetos dueños de algún ganado, por lo cual los aparceros que carecían de animales al comienzo del ciclo productivo (aparcería de primer tipo en la denominación de Korol y Sábato, 1981) nos resultan “invisibles”. Sin embargo, si este tipo de aparcería hubiera sido relevante, al año siguiente se hubieran convertido en aparceros con ganado propio, y en la fuente tendría que tener más importancia este segundo tipo de aparceros. Por lo tanto, podemos sostener la hipótesis de que, para este momento del desarrollo de la ganadería ovina, la aparcería como forma de tenencia había declinado considerablemente, al menos en el partido de Saladillo. Un ejemplo de la importancia que la mediería debió haber tenido en este partido en las décadas previas, es la descripción que realiza Amaral (1998: 97) de la estancia de Juan Miller hacia 1850, en la cual cuatro medianeros poseían el 83% de las ovejas presentes en la propiedad.


Tabla 5: Cantidad de productores según el lugar en la organización social del trabajo

 

Número

Porcentaje

Propietarios y “enfiteutas”

89

22,8%

Arrendatarios y subarrendatarios

226

57,8%

Puesteros

58

14,8%

Mayordomos, encargados y habilitados

11

2,8%

Aparceros

5

1,3%

Capataces y peones

2

0,5%

Pasamos ahora a discriminar estos propietarios según la cantidad de ganado que poseían. Esta variable resulta muy importante para diferenciarlos según su tamaño, ya que carecemos de información acerca de la cantidad de hectáreas que explotaban los diferentes productores. En promedio, tenían 7.835 unidades ganaderas en ganado menor (4.807 ovinos y 378 vacunos, que multiplicados por ocho se hacen equivalentes a la carga ovina). Los cortes los hemos establecido según la diferente organización social del trabajo que estimamos podrían haber tenido cada uno de ellos: hasta 2.000 unidades de ganado (medidas en ovinos) era menos de una majada y, por lo tanto, menos de la productividad de un hombre. A estos poseedores de ganado los hemos denominado subfamiliares . Entre las 2.000 y las 5.000 cabezas ovinas, podemos suponer que una familia bastaba para llevar adelante esa unidad productiva, por lo cual los caracterizamos como familiares . Entre esta última cifra y las 10.000 cabezas, sería necesaria la ayuda de mano de obra asalariada (familiares con asalariados), mientras que por encima de las 10.000, los asalariados se convertirían en la principal fuerza de trabajo (empresarios). Hemos distinguido a los ganaderos con más de 30.000 cabezas porque seguramente tendrían una estructura empresarial compleja, con personal jerárquico (grandes empresarios).

La tabla 6 pone en evidencia el predominio numérico de los productores de tamaño familiar en la estructura productiva del partido. Cabe destacar la reducida cantidad de productores muy pequeños.


Tabla 6: Cantidad de productores según la cantidad de ganado (medido en ganado menor)

Unidades

Porcentaje

Subfamiliar, menos de 2.000

50

12,8%

Familiar, 2.000 a 5.000

221

56,7%

Familiar con asalariados, 5.000 a 10.000

60

15,4%

Empresario, 10.000 a 30.000

42

10,8%

Gran empresario, más de 30.000

17

4,4%

Si combinamos los datos de su lugar en la organización social del trabajo y la cantidad de ganado, podemos observar, en el tabla 7, el gran número de animales que poseía un propietario típico, mientras que los arrendatarios y los mayordomos tenían, en promedio, una cantidad de animales equivalente a un poco más de dos majadas, mientras que los puesteros poseían unas pocas vacas.


Tabla 7: Tipos de propietarios de ganado, cantidad promedio de animales

Ganado (en ganado menor)

Ovinos

Vacunos

Propietarios

20.909

11.403

1.195

Arrendatarios

4.637

3.603

129

Puesteros

1.420

375

130

Mayordomos

5.167

2.327

355

Aparceros

1.093

300

99

Asalariados

2.155

675

185

Analizando el tamaño y el tipo de propietario, en el tabla 8, encontramos que la figura claramente mayoritaria era la del arrendatario probablemente familiar (41% de los dueños de ganado). En un segundo plano, estaban los arrendatarios familiares con asalariados, los puesteros familiares y subfamiliares y los propietarios familiares y familiares con asalariados y los empresariales. Dos tipos más, que consideramos conveniente destacar, eran los grandes empresarios propietarios y los empresarios arrendatarios. Otros tipos de propietarios de ganado no sobrepasaban un reducido número.


Tabla 8: Cantidad de productores según tamaño y tipo de productor

Propietarios

Arrendatarios

Puesteros

Mayordomos

Aparceros

Asalariados

Subfliar

4

13

27

4

3

--

Fliar.

25

161

28

3

2

2

Fliar + asal.

24

31

3

2

--

--

Empresa

21

19

--

2

--

--

Gran Empresa

15

2

--

--

--

--

5.1. Las distintas estrategias productivas

Los ganaderos del partido de Saladillo desarrollaban distintas estrategias, orientándose hacia el vacuno, hacia el ovino, o combinando ambos ganados. La unidad típica poseía 66% de ovinos y el 33% de vacunos (en equivalentes ovinos).

La mayoría de los ganaderos se dedicaba predominantemente al ovino; sin embargo, una quinta parte mantenía una fuerte orientación hacia el vacuno, y las unidades mixtas superaban la cuarta parte de las explotaciones (ver tabla 9).


Tabla 9: Cantidad de productores según orientación productiva

Productores

Porcentaje

Predominante vacuno
(más de 75% vac.)

78

19,9%

Vacuno con ovino
( 50 a 75% vac.)

38

9,7%

Ovino con vacuno
( 50 a 75% ovino)

69

17,6%

Predominante ovino
(más de 75% ovino)

206

52,7%

Analizando la orientación según el lugar que ocupaban en la organización social del trabajo, encontramos que esta última variable explica sólo un porcentaje muy pequeño de la variación total en la orientación productiva.(22) Sin embargo, los diferentes tipos de productores, a pesar de una gran variabilidad interna, presentan valores medios distintos: el 69% del ganado de los propietarios era ovino, cifra que se eleva al 77% en caso de los arrendatarios; mientras que mayordomos y puesteros se orientaban preferentemente hacia el vacuno (los ovinos constituían el 48% y el 28% del total de sus ganados respectivamente). Como podemos ver en la tabla 10, eran muy pocos los propietarios dedicados predominantemente al vacuno, los que podrían ser calificado como “estancieros tradicionales” según la terminología de la bibliografía especializada. La mayoría de los propietarios tenía estrategias mixtas u orientadas predominantemente al ovino. A pesar de que en general los arrendatarios poseían una inclinación mayor hacia el ovino que los propietarios, casi una quinta parte de los arrendatarios se dedicaba más al vacuno que al ovino.


Tabla 10: Cantidad de productores según lugar en la organización social de la producción y orientación productiva

Propietarios

Arrendat.

Puesteros

Mayordomos

Aparceros

Asalariados

Predominante vacuno
(más de 75% vac.)

9

21

40

3

4

1

Vacuno con ovino
( 50 a 75% vac.)

14

18

4

2

--

--

Ovino con vacuno
( 50 a 75% ovino)

23

40

2

3

--

1

Predominante ovino
(más de 75% ovino)

43

147

12

3

1

--

Resulta interesante comprobar que la orientación productiva (ovina-vacuna) no puede ser explicada en base a la cantidad de animales que poseía cada productor. Podemos observar, en el Gráfico 2 (con base semilogarítmica), la gran dispersión de situaciones, que se traducen en un bajísimo coeficiente de correlación entre cantidad de animales y orientación productiva (r= -0,03).(23)

Gráfico 2. Productores según su orientación productiva y la cantidad de ganado (medido en ganado menor)

Sin embargo, podemos detallar el análisis y observar en la tabla 11 que las explotaciones muy pequeñas, constituidas predominantemente por puesteros, debían inclinarse a un tipo de ganado (en general hacia el vacuno).


Tabla 11: Porcentaje de productores según cantidad de ganado y orientación productiva

Subfamiliar

Familiar

Fliar.+Asal

Empresario

Gran Emp.

Predominante vacuno
(más de 75% vac.)

57 %

15 %

8 %

17 %

24 %

Vacuno con ovino
( 50 a 75% vac.)

8 %

7 %

20 %

12 %

6 %

Ovino con vacuno
( 50 a 75% ovino)

2 %

18 %

22 %

23 %

29 %

Predominante ovino
(más de 75% ovino)

33 %

60 %

50 %

48 %

41 %

 

100 %

(50)

100 %

(221)

100 %

(60)

100 %

(42)

100 %

(17)

Vemos que las unidades familiares presentaban una clara orientación hacia el ovino. A medida que se incrementaba el tamaño, las unidades predominantemente ovinas, sin dejar de ocupar el lugar más importante, iban reduciendo su peso. Podemos destacar que, dentro de las unidades empresariales, existía un porcentaje un tanto más importante de explotaciones dedicadas claramente al vacuno (“estancieros tradicionales”).

Podemos analizar cuál era la estrategia productiva (vacuna-ovina) de los diferentes estancieros discriminados según su estrategia, más o menos rentística (según tuvieran sus campos completamente arrendados, parcialmente arrendados o totalmente en producción directa). Sorprendentemente, la orientación hacia el ovino disminuye cuanto más productivo era el estanciero (con propiedades “empresariales”). Los propietarios con conductas más rentísticas (con propiedades “arrendadas”) poseían, en sus pequeños stocks, muchos más ovinos que vacunos (ver tabla 12).


Tabla 12: Porcentaje de estancieros según su conducta rentista-productiva y su orientación productiva

“Cedidas en arriendo”

“Cedidas / empresariales”

“Empresariales cedidas”

“Empresariales”

Predom. vacuno

10 %

--

5 %

16 %

Vacuno con ovino

--

19 %

16 %

18 %

Ovinos con vacuno

20 %

25 %

32 %

25 %

Predom. ovino

70 %

56 %

47 %

41 %

100 %

(10)

100 %

(16)

100 %

(19)

100 %

(44)

5.2. La propiedad de las ovejas

Hasta aquí, hemos analizado el peso numérico de cada uno de los diferentes tipos de productores. Sin embargo, la fuente utilizada nos permite avanzar en una cuestión que nos parece aun más interesante: estimar la significación productiva de cada uno de ellos. En primer término, intentaremos responder a la pregunta acerca de quiénes eran los dueños de las ovejas. Observamos que los propietarios poseían el 54% de los ovinos (con un promedio de 11.403 cabezas), mientras que los arrendatarios el 43% (con un promedio de 3.603 cabezas) y los otros, sólo el 2% de estos animales. Si bien los estancieros poseían más de la mitad de las ovejas, los arrendatarios constituían un grupo social imposible de soslayar al analizar la estructura productiva de la “fiebre del lanar” en Saladillo.

En relación al tamaño de los productores, según su stock ganadero (ovinos más vacunos), observamos en la tabla 13, que los ovinos se encontraban distribuidos entre diferentes tamaños (casi todos con más de 2.000 cabezas).


Tabla 13: Distribución de los ovinos según el tamaño del productor

Subfamiliar

1%

Familiar

22%

Familiar asalariado

14%

Empresario

23%

Gran Empresario

40%

Las unidades con un tamaño considerable (más de 10.000 unidades ganaderas) y que, seguramente, tendrían una organización de la producción de tipo capitalista, concentraban dos tercios del ganado ovino. En cambio, las unidades de tamaño familiar, no llegaban a poseer una cuarta parte de estos animales.

En el Gráfico 3 cruzamos ambas variables (tenencia y tamaño del stock ganadero), lo que nos permite identificar con más precisión a los sujetos responsables del desarrollo ovino en el partido. Podemos destacar, además de la previsible importancia de los propietarios empresariales, el peso de los arrendatarios de escala familiar y familiar con asalariados, que poseían alrededor de un cuarto de los ovinos. En cambio, llama la atención la escasa significación de los “farmers” (tan destacados por Sábato, 1989): los propietarios con rodeos acordes con una organización familiar de la producción, poseían una ínfima proporción de las ovejas (aun incluyendo a los dueños de 5.000 a 10.000 unidades ganaderas, no llegaban a dar cuenta de una décima parte del ganado ovino del partido). Por último, merece destacarse la importante presencia de arrendatarios con grandes stocks (de más de 10.000 unidades ganaderas), con casi una quinta parte de las ovejas. Si consideramos las dos últimas cuestiones, podemos suponer que existía un sector de exitosos arrendatarios empresariales, que optaban por expandir su escala productiva, incrementando el tamaño de sus stocks, en vez de adquirir tierra y convertirse en pequeños estancieros.(24)

Gráfico 3. Distribución de las ovejas según tenencia del suelo y tamaño

Por último, podemos analizar la ubicación del ganado ovino según las estrategias desarrolladas por los productores (ver tabla 14). Los ovinos se encontraban en las unidades dedicadas especialmente a este tipo de ganado, aunque una cuarta parte se hallaba en unidades mixtas con mayor predominio del ovino. Las explotaciones dedicadas preferentemente al vacuno sólo tenían una pequeña parte del stock ovino.


Tabla 14: Ubicación del ganado ovino según las estrategias desarrolladas por los productores

Ovinos

Porcentaje

Predominante vacuno
(más de 75% vac.)

78.930

4,2%

Vacuno con ovino
( 50 a 75% vac.)

155.310

8,3%

Ovino con vacuno
( 50 a 75% ovino)

471.375

25,2%

Predominante ovino
(más de 75% ovino)

1.168.520

62,3%

5.3. La propiedad de los vacunos

Los vacunos aparecen asociados con la propiedad del suelo, ya que los propietarios contaban con el 72% de los rodeos (con un promedio de 1.196 cabezas); los arrendatarios tenían un 20% (con un promedio de 129 cabezas), los puesteros, un 5% (131 de promedio), y los otros tipos de productores poseían sólo el 3% de los vacunos.

En relación al tamaño del stock ganadero (ovinos más vacunos), podemos destacar que los empresarios eran quienes concentraban las tres cuartas partes de los vacunos, mientras que los productores familiares tenían una significación mucho menor que la que poseían en la distribución de los ovinos (ver tabla 15).


Tabla 15: Porcentaje de ganado vacuno según tamaño del productor

Subfamiliar

1%

Familiar

12%

Familiar asalariado

12%

Empresario

20%

Gran Empresario

55%

Al combinar tamaño y el lugar ocupado en la organización social del trabajo (Gráfico 4) podemos concluir que el sujeto clave del desarrollo vacuno en Saladillo era el propietario con muy grandes stocks ganaderos. El resto del ganado vacuno se repartía entre muy diferentes actores: propietarios medianos, arrendatarios de diversos tamaños e incluso los puesteros, quienes poseían una pequeña porción del total de vacunos.

Gráfico 4. Distribución de los vacunos según tenencia del suelo y tamaño

Considerando las orientaciones productivas, podemos observar que los vacunos se encontraban no sólo en las explotaciones orientadas a su cría, sino también en aquellas con cría de ovinos (ver tabla 16).


Tabla 16: Cantidad de vacunos según orientación productiva

Vacunos

Porcentaje

Predominante vacuno
(más de 75% vac.)

59.559

40,2%

Vacuno con ovino
( 50 a 75% vac.)

45.539

30,8%

Ovino con vacuno
( 50 a 75% ovino)

33.874

22,9%

Predominante ovino
(más de 75% ovino)

9.030

6,1%

5.4 El refinamiento

Con respecto al refinamiento de los planteles, encontramos en el partido un total de 7.976 ovejas finas y 484 carneros padres. Los propietarios eran quienes más se dedicaban a la cría de las ovejas finas y de carneros padres, como podemos observar en la tabla 17. Esta concentración resultaba más intensa que en el caso de las ovejas mestizas (recordemos que los propietarios poseían el 54 % del total de las mismas).


Tabla 17: Porcentaje de ovejas finas y carneros según la tenencia del suelo

Ovejas finas

Carneros padres

Propietarios

88,62 %

90,29 %

Arrendatarios

11,37 %

9,70 %

En cuanto a los tipos de explotación, debemos señalar que la cría de ovejas finas estaba más concentrada aún que la de las mestizas, ya que las explotaciones de tipo familiar casi no poseían ovinos de raza.

Los Cuadros estadísticos... no brindan información sobre la mestización del ganado vacuno -lo cual es bastante lógico, si tenemos en cuenta que durante este período la misma estaba prácticamente en sus inicios, en la etapa catalogada por Sesto como “período de ensayo”(25)-. De todos modos, en algunas descripciones de las estancias más importantes del partido, esta misma fuente detalla la existencia de ganado vacuno puro y mestizo.(26)  

6. Algunas conclusiones

En las últimas décadas, distintos investigadores han demostrado que desde los tiempos de la colonia la estructura agraria de la región pampeana era por demás compleja, y no se limitaba a estancias y a gauchos sino que la heterogeneidad era tal que comprendía a un número importante de productores independientes. También para el período de la expansión agropecuaria desde 1880, otros autores han llegado a conclusiones similares. De algún modo, los datos sobre Saladillo aquí analizados permiten conectar los aportes historiográficos sobre ambos períodos.

Además, en los últimos años, los estudios de caso en distintas estancias han permitido un avance sustancial en nuestra historiografía, ya que nos muestran la dinámica de los establecimientos y su relación con los mercados. Sin embargo, por su propio enfoque microhistórico, esta perspectiva no alcanza a dar una visión estructural del conjunto.(27) Esta limitación puede ser complementada con estudios que hagan hincapié en unidades más abarcadoras, como los partidos. De este modo, una fuente como la que encontramos permite reafirmar la heterogeneidad del mundo agrario e invita a obviar simplificaciones.

El análisis de los Cuadros estadísticos... de Rossi nos ha permitido identificar una serie de características en la estructura productiva de Saladillo que, en algunos casos, resultan contrastantes con la imagen presente en la bibliografía especializada.

Hemos encontrado que los propietarios de tierras de Saladillo desarrollaban en gran medida conductas rentísticas. Sólo el 41% de estos propietarios era claramente productivo, pues controlaba directamente la gran mayoría del ganado que pastaba en sus campos. En el extremo opuesto, un 19% cedía a terceros la totalidad de sus propiedades. El restante 40% combinaba producción directa y cesión en arriendo. En este sentido, hemos corroborado que no existía identidad entre unidades de propiedad y unidades de producción. En base a estos datos, tal vez debería discutirse la centralidad del concepto de “estancia” para dar cuenta de la totalidad de la estructura productiva.

Además, contradiciendo las suposiciones más corrientes, las conductas rentísticas no estaban relacionadas con el tamaño de los campos. Es más, eran los propietarios de campos medianos (de 1.750 a 5.000 hectáreas ) quienes cedían un mayor porcentaje de sus propiedades en arriendo (más de la mitad del ganado presente en estas unidades territoriales era propiedad de arrendatarios y puesteros).

Como contraparte de estas prácticas rentísticas generalizadas, existía un importante desarrollo del arriendo. Los arrendatarios, además de constituir el grupo más numeroso entre los diferentes tipos de poseedores de ganado, tenían el 43% de las ovejas de Saladillo. Entre ellos, resulta interesante destacar la significación productiva de los grandes arrendatarios (con más de 5.000 unidades ganaderas medidas en ganado menor), pues tenían un cuarto de los lanares del partido.

En cambio, dos figuras -los “farmers” y los aparceros-, que la bibliografía especializada consideraba “típicas” del desarrollo del lanar, no tenían casi relevancia en la ganadería de Saladillo, en 1870. Los “farmers” (productores familiares dueños de sus campos) sólo poseían el 6% de los ovinos, y no eran sino el 3% de los propietarios de ganado. Este fenómeno no se debía solamente a la concentración de la propiedad de la tierra (que era importante y hasta levemente superior a la presente al Norte del río Salado), sino también a que muchos de los pequeños propietarios (con campos de menos de 1.750 hectáreas ) desarrollaban conductas rentísticas: sólo la mitad de ellos eran claramente productivos. Por su parte, los aparceros tan sólo constituían el 1% de los dueños de ganado, y daban cuenta del 1% de las ovejas.

Si bien hemos realizado estas comprobaciones novedosas, también hemos confirmado el papel que la historiografía reserva a los grandes estancieros. Si incluimos en esta categoría a los dueños de más de 10.000 unidades ganaderas (en ganado menor), estos productores constituían los sujetos productivamente más relevantes en Saladillo: poseían el 45% de los ovinos y el 66% de los vacunos.

La virtual desaparición de la aparcería indica que la ganadería en las grandes estancias debía estar organizada a través de puesteros asalariados (en todo caso con algún ganado propio, sobre todo vacuno, tal como aparece en la fuente analizada).

Por otra parte, existía una gran variedad de orientaciones productivas, aunque la mayoría se inclinaba hacia el ovino. Las preferencias de los productores hacia el ovino o el vacuno no pueden ser explicadas a partir de las formas de tenencia. Tampoco la cantidad total de animales de cada productor habría incidido sobre estas orientaciones.

Por último, el análisis detallado de las grandes unidades de propiedad permite confirmar que también los terratenientes desarrollaban estrategias económicas diversas: algunos controlaban directamente la mayor parte de la actividad ganadera que se realizaba en sus campos; mientras que otros sólo poseían una porción minoritaria del ganado, y cedían el resto en arriendo (hemos determinado que la mayor parte de los grandes arrendatarios ganaderos se encontraba en estas propiedades). A la vez, hacia 1870, la gran “estancia tradicional” (entendida como la dedicada casi exclusivamente a la cría del vacuno) ocupaba un lugar muy secundario en Saladillo.

Finalmente, la identificación de los fenómenos mencionados conduce a formular algunos interrogantes, principalmente acerca de la coexistencia de conductas económicas tan disímiles en toda la escala social (rentismo/producción directa, tenencia en propiedad o en arriendo, cría de ovinos, vacunos o explotación mixta). Sin embargo, para avanzar en esta dirección, es evidente que deberían explorarse otro tipo de registros documentales.

Notas

(*) Una versión previa de este trabajo fue presentada en las XV Jornadas de Historia Económica , Tandil, 1996.

(1) A partir de estas estimaciones Pucciarelli (1993) formula la hipótesis de la existencia de un sector de estancieros medios.

(2) Recién con el desarrollo de la agricultura de fines del siglo, se reconoció la presencia de actores con cierta independencia productiva dentro de la “estancia”, aunque existió toda una tradición académica que continuó conceptualizando a estos chacareros como parte de la estrategia productiva de la gran estancia y carentes de autonomía (ver una crítica sistemática a esta visión en Barsky y Pucciarelli, 1991).

(3) En los últimos años algunos estudios correspondientes al período hacen referencia a distintas formas de acceso a la tierra que determinan una diversidad de sujetos sociales con diferentes estrategias productivas. Por lo cual la heterogeneidad del sector agropecuario pampeano sería una constante a lo largo de su historia; al respecto ver una síntesis de estos trabajos en Barsky y Djenderedjian (2003). Por su parte, ya Carl Taylor (1948) llamó la atención sobre lo extraordinario de la significación del arrendamiento ganadero en la región pampeana para mediados del siglo XX. También Barsky (1997) analiza la importancia de esta forma de tenencia en la producción ganadera en base a los Censos de 1914 y 1937.

(4) Aquí estamos haciendo referencia al arrendamiento a particulares, pero también debería habérsele dedicado mayor atención al papel del arrendamiento público en la expansión del lanar. Actualmente, sobre el sistema del arriendo público y su significación contamos con el trabajo de Valencia (2005: capítulo segundo), donde se logra precisar que más de cinco millones de hectáreas en la provincia de Buenos Aires estuvieron bajo este régimen entre 1858 y 1876 y se afirma que el arriendo sirvió para desagotar los campos sobrepastoreados en los momentos del boom lanar .

(5) No nos parece pertinente tratar de igual modo al arrendatario que al productor propietario de campos, ya que son dos sujetos con una relación opuesta con la renta del suelo. No corresponde extendernos aquí sobre las diferentes conductas económicas que se hallan condicionadas por la relación con la propiedad de la tierra o de bienes de capital. Respecto a las conductas propias de un terrateniente, un capitalista agrario (arrendatario) o sus formas intermedias (terrateniente-capitalista), consultar Marx (1894:t.III, sección sexta), Kautsky (1899), Flichman (1977) y Murmis (1979).

(6) La fuente incluye una reseña histórica del partido (sección primera); datos topográficos (sección segunda); información sobre la administración pública y comercio -autoridades, balance de la Municipalidad , extracciones de ganado, cuero, textiles y cereales, educación, etc- (sección tercera); la reproducción de los datos censales sobre población de 1869 y una actualización para 1870 (sección cuarta); una detallada descripción de los bienes raíces, que incluye edificaciones, superficie de las propiedades y valuación, discriminado los ubicados en el Pueblo, las Quintas, las Chacras y las Estancias (sección quinta); una identificación de los propietarios de ganado (sección sexta); un listado de las arboledas presentes en cada una de las propiedades (sección séptima); una breve descripción de la producción agrícola en las principales chacras y estancias (sección octava); un listado de los comerciantes, profesionales e “industriales” del partido (sección novena); un “resumen general” (sección décima); una descripción de tres de las grandes estancias de Saladillo (sección undécima), y “avisos” (sección duodécima).

(7) Utilizamos el concepto de “lugar en la organización social del trabajo”, que distingue, además de los productores diferenciados según la forma de tenencia del suelo (en la fuente: “propietarios”, “arrendatarios”, “medieros”, “tercieros”, y “enfiteutas”), a otros agentes que, al mismo tiempo de trabajar en relación de dependencia, criaban algún ganado propio (“mayordomos”, “habilitados”, “capataces”, “puesteros” y “encargados”). Solamente utilizaremos el concepto de “tenencia del suelo”, en los casos en que, por reducirnos a los sujetos productivamente más importantes, consideremos únicamente a propietarios y arrendatarios.

(8) Rossi tuvo una activa participación en la comunidad de Saladillo. Fue maestro de una de las primeras escuelas y director de uno de los principales períodicos del partido (uno de los primeros de la campaña bonaerense). Además, participó en distintas organizaciones intermedias. Al respecto, ver Ibañez Frochan (1937: 107, 126 y 130).

(9) En la introducción, Rossi destaca su objetivo de trabajar extraoficialmente, a fin de obtener información más fidedigna. De este modo, a pesar del apoyo que le brindó el Juez de Paz del partido, Benigno J. Del Carril, que dio órdenes a los alcaldes “para que administrasen todos los auxilios necesarios á nuestras espediciones por el extenso territorio del partido, y nombró un comisionado especial para los trabajos en el ejido del pueblo”; Rossi aclara que “sin embargo, nos hemos servido muy poco de su ofrecimiento oficial y solamente en los cuarteles donde nuestras relaciones eran pocas ó nulas; en los campos que nos eran completamente desconocidos, y esto para no quitar al trabajo el carácter extrajudicial, y también porque la autoridad impone y atemoriza á ciertos seres recelosos y desconfiados por naturaleza, y que tienen el triste placer de esconder sus haberes”.

(10) La trascripción de datos correspondientes al censo de 1869 resulta pertinente para demostrar una correlación bastante aproximada entre dicho documento y nuestras fuentes. Por otra parte sabemos que tanto aquel censo como los actuales gozan de relativa confiabilidad. Es más, un análisis de las células censales demuestra la variedad de registros que llevaban cada uno de los censistas, algunos generalizando los datos y otros con una ponderable precisión. De todos modos, la pasión y hasta la obsesión que Rossi demuestra al abordar el trabajo, si bien no garantizan que sus resultados sean absolutamente ciertos -y esto al menos él lo reconoce- nos indicarían que su trabajo es por lo menos notable, dada la originalidad de la fuente, sobre todo por el material que presenta en relación con el tamaño y la propiedad del ganado y de los predios.

(11) En 1914 se censaron 422.385 hectáreas en los partidos de Saladillo y Roque Pérez (creado de un desmembramiento del primero).

(12) A diferencia del vecino partido de Lobos, donde con una tradición agrícola muy anterior, esta actividad aunque ya no era dominante frente al lanar, lejos de desaparecer había ido incrementando su volumen con el paso del tiempo (Mateo, 1993b).

(13) Cabe aclarar que aún persistían algunos efectos de la crisis comenzada en 1866, y continuaba la matanza de animales para las exportaciones de graserías y saladeros (Chiaramonte, 1982: 41).

(14) Al estar ubicado al Sur del Salado, Saladillo no estaba sobrecargado de ganado como los partidos del Norte, aunque tenía una importante cantidad de cabezas y su densidad de ganado era mayor que el resto de los partidos de esta región (Cortes Conde, 1979:61-62). Al analizar los datos que poseemos de 1870 encontramos que la densidad de ganado mayor era casi idéntica a la existente en este mismo partido hacia 1881 según el censo de ese mismo año. Luego veremos que la distribución de la propiedad de la tierra era similar a la estimada por Sábato en el Norte del Salado. Durante la expansión agropecuaria de entresiglos se produjo una fuerte disminución en los ovinos en Saladillo (de 987.885 cabezas en 1888, pasó a tener 385.895 en 1908), al tiempo que prácticamente se mantuvo el stock de vacunos (las 184.014 cabezas existentes 1888, aumentaron sólo a 189.008 en 1908); registrándose además un fuerte incremento de la producción agrícola.

(15) Este partido se creó en 1839 luego de la Revolución del Sur. En lo institucional, en un principio fue administrado por funcionarios de otros distritos, hasta que en 1846 se designó su primer juez propio y exclusivo. En 1856, se añadió a la autoridad del juez local una autoridad comunal. En 1863, se fundó su ciudad cabecera. A pesar de su cercanía respecto de la frontera, no se vio muy afectado por las incursiones indígenas (ver Ibañez Frochan, 1937).

(16) Aunque de este total, alrededor de un cuarto de las ventas se efectivizaron entre 1872 y 1876 (Valencia, 2005: 315).

(17) Siete de los cuales estaban registrados como “enfiteutas”. Esta forma de tenencia de la tierra ya no tenía en este período existencia legal (ver detalles en Valencia, 2005); por lo cual seguramente estos campos estaban en proceso de traspaso a la propiedad (de las 180.693 hectáreas vendidas en Saladillo según la ley de 1867, 48.452 se traspasaron recién entre 1872 y 1876, véase Valencia, 2005: 315).

(18) Con respecto a estos datos Rossi aclara que “algunas partes no la hemos hallado conforme con la extensión que nos indicaba el propietario del campo. No sabemos de qué fuente se han tomado los datos para la valuación de las fincas, si no es del Departamento Topográfico, y en tiempo algo remoto, transcribiéndose después de un año para otro; y como bien puede haber habido alguna modificación y también errores, hemos preferido consignar el área determinada por los propietarios, que deben estar mejor informados sobre lo que ellos poseen; dejándoles por otra parte la responsabilidad de los datos suministrados, y de los que no hemos podido prescindir, también por no incurrir en desagrado de algunos de ellos. Sin embargo, van anotadas las rectificaciones con pequeñas observaciones en su respectivo lugar, agregando solamente que el error no es siempre en menos, y algunos han tenido la bondad de corroborar su indicación enseñándonos las escrituras de propiedad, de lo que le somos gratos por la confianza que les hemos merecido” (Rossi, 1871: 38).

(19) Frente a la necesidad de un peón cada 2.500 vacas -que (a razón de 0,65 cabezas por hectárea) ocupaban alrededor de 3.800 hectáreas-, para la cría de ovinos hacía falta un pastor cada 1.600 ovejas -que (a razón de 5,2 cabezas por hectárea) ocupaban unas 300 hectáreas-. Estas cifras están calculadas en base a los datos que utilizan Korol y Sábato (1981), excepto la referida a la densidad del ganado vacuno, que es la utilizada por Cortés Conde (1979). Los cálculos realizados a partir de la situación existente en Saladillo hacia 1870 y en base a una relación 1:8 entre la densidad del ganado vacuno con respecto al ovino (relación también presente entre 0,65 : 5,2) nos permite estimar que cada peón ocupaba unas 2.500 hectáreas y cada pastor unas 200.

(20) Nos parece importante aclarar que la gran mayoría de estos campos tenían más de 400 hectáreas , sólo cuatro de ellos tenían una extensión menor.

(21) Optamos por el término “Cedidas en arriendo”, pues como veremos más adelante, la importancia del arriendo era muy superior a la de las distintas formas de aparcería.

(22) El análisis de variancia, incluso incorporando la cantidad de ganado como variable de control, indica que el lugar en la organización social del trabajo explica sólo el tres por ciento de la variación total de la orientación productiva.

(23) Hemos buscado la presencia de relaciones no lineales, pero éstas son inexistentes.

(24) Podemos estimar que estos arrendatarios (que poseían en término medio unas 20.000 cabezas medidas en ganado menor) podían haber adquirido con la venta de la mitad de sus animales unas 1.500 hectáreas en Saladillo, o bien haber vendido todo su stock, adquirido unas 3.000 hectáreas y arrendarlas en su totalidad. Si esta estimación fuera correcta, nos encontraríamos ante tres conductas diferentes, simultáneamente presentes en el partido.

(25) Sobre la mestización del ganado vacuno véase Sesto (2005). Allí se consigna que, según el censo provincial de 1881, para ese entonces recién el 9% del ganado vacuno era mestizo, frente al 91% de ganado criollo (Sesto, 2005: 199).

(26) Tal es el caso de “Polvaredas Grandes” de Salvador M. Del Carril, que tenía un toro Shorthorn inglés puro, 4 toros mestizos y 3 vacas (Rossi, 1871: 117); la estancia “San José” tenía una mayor cantidad de animales refinados: contaba con 5 toros puros, y dos vacas puras (Rossi, 1871: 132).

(27) Aspectos cualitativos para este período pueden verse en Colombo (1994a y b).

Bibliografía

AMARAL, Samuel. 1998. The Rise of Capitalism on the Pampas, The Estancias of Buenos Aires , 1785-1870 . Cambridge: Cambridge Uni versity Press.

BARSKY, Osvaldo. 1997. “La información estadística y las visiones sobre la estructura agraria pampeana”. En: BARSKY, Osvaldo y PUCCIARELLI, Alfredo. El agro pampeano. El fin de un período. Buenos Aires: FLACSO - CBC (UBA).

BARSKY, Osvaldo y DJENDEREDJIAN, Julio. 2003. La expansión ganadera hasta 1895. Buenos Aires: Universidad de Belgrano-Siglo XXI. Colección Historia del capitalismo agrario pampeano. Tomo 1.

BARSKY, Osvaldo y PUCCIARELLI, Alfredo. 1991. “Cambios en el tamaño y en el régimen de tenencia de las explotaciones agropecuarias pampeanas”. En: BARSKY, Osvaldo (ed.) El desarrollo agropecuario pampeano. Buenos Aires: INDEC - INTA - IICA - Grupo Editor Latinoamericano.

CHIARAMONTE, José Carlos. 1982. Nacionalismo y liberalismo económicos en Argentina, 1860-1890. Buenos Aires: Solar.

COLOMBO, Guillermo E. 1994a. “Estrategias productivas en el agro-bonarense, la diversificación de la producción agropecuaria durante la gran expansión 1880-1910: algunas hipótesis sobre la lógica empresaria de los más innovadores dentro de los grandes productores agropecuarios: su vanguardia técnica”. XIV Jornadas de Historia Económica. Córdoba.

COLOMBO, Guillermo E. 1994b. “La heterogeneidad en los criterios de producción entre los terratenientes bonaerenses a fines del siglo pasado”. 3er. Congreso Argentino de Historia de la Ciencia y de la Técnica. Buenos Aires.

CORTES CONDE, Roberto. 1979. El progreso argentino (1880-1914). Buenos Aires: Sudamericana.

FLICHMAN, Guillermo. 1977. La renta del suelo y el desarrollo agrario argentino. Buenos Aires: Siglo XXI.

GIBERTI, Horacio. 1981 [1954]. Historia económica de la ganadería argentina. Buenos Aires: Solar.

IBAÑEZ FROCHAN, Manuel. 1937. Apuntes para la historia de Saladillo. Buenos Aires: Taller de impresiones oficiales.

KAUTSKY, Karl. 1983 [1899]. La cuestión agraria. México: Siglo XXI.

KOROL, Juan Carlos y SÁBATO, Hilda. 1981. Cómo fue la inmigración irlandesa a la Argentina. Buenos Aires: Plus Ultra.

MARX, Karl. 1983[1894]. El capital. México: Cartago.

MATEO, José. 1993b. “Población y producción en un ecosistema agrario de la frontera del Salado (1815-1869)”. En: Mandrini, Raúl y Reguera, Andrea (comp.) Huellas en la tierra, Indios, agricultores y hacendados en la pampa bonaerense. Tandil: Instit­uto de Estudios Histórico-Sociales. p. 161-189.

MURMIS, Miguel. 1979. “Sobre una forma de apropiación y utilización del espacio rural: el terrateniente capitalista pampeano y un intento de transformarlo”. En: MURMIS, Miguel, et al. Terratenientes y desarrollo capitalista en el agro. Quito: Ceplaes.

ORTIZ, Ricardo. 1955. Historia económica de la Argentina. Buenos Aires: Raigal.

POSADA, Marcelo German. 1991. “La conformación del perfil empresario pecuario, El caso del partido de Mercedes (Buenos Aires-Argentina) 1850- 1890” . Revista de Historia de América. Número 112.

PUCCIARELLI, Alfredo. 1993. “Algunas consideraciones acerca del libro de Hilda Sábato, Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: la fiebre del lanar, 1850-1890”. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani . Número 7.

ROSSI, José A. 1871. Cuadros estadísticos de la población, riqueza, industria y comercio del partido de la Asunción del Saladillo. Agencia General de Comisiones de J.A. Rossi y Cia.

SÁBATO, Hilda . 1989. Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: la fiebre del lanar, 1850-1890. Buenos Aires: Sudamericana.

SESTO, Carmen. 2005. La vanguardia ganadera bonaerense, 1856-1900. Buenos Aires: Universidad de Belgrano y Siglo XXI. Colección Historia del capitalismo agrario pampeano. Tomo 2.

TAYLOR, Carl. 1948. Rural Life in Argentina . Baton Rouge : Lousiana State University Press.

VALENCIA, Marta. 2005. Tierras públicas, tierras privadas, Buenos Aires, 1852-1876 . La Plata : Editorial de la Universidad Nacional de La Plata / Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires.

Fecha de recibido: 15 de febrero de 2007.
Fecha de publicado:
10 de septiembre de 2007.