Mundo Agrario, vol. 11, nº 21, segundo semestre de 2010. ISSN 1515-5994
Universidad Nacional de La Plata.
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Estudios Histórico Rurales

Artículo/Article

Producción ovina extensiva en la Patagonia Austral: el caso de la zona centro de Santa Cruz

Larry Andrade

Universidad Nacional de Río Negro. Sede Andina / IIDyPCa / CONICET
larry.andrade@colmex.mx

Valeria Bedacarratx

Universidad Nacional de Río Negro
vbedacarratx@yahoo.com.ar

Roberto Álvarez

INTA AER San Julián
ralvarez@videodata.com.ar

Extensive sheep production in the Austral Patagonia: the case of Santa Cruz central zone

Resumen
El propósito del artículo consiste en analizar la meseta central de Santa Cruz en sus aspectos socioproductivos. El objetivo de la investigación, de la cual este trabajo es una elaboración parcial, se orienta a establecer la viabilidad del modelo vigente en la región -ovino extensivo-, así como las posibilidades de que las prácticas asociativas se constituyan en el eje articulador de un relanzamiento productivo. Aquí presentamos un primer análisis socioeconómico y productivo con la finalidad de definir el escenario en el que actualmente se lleva adelante la producción ovina extensiva. Incluimos una descripción de los nuevos actores que actualmente operan en el centro-norte de la provincia y, especialmente en nuestra área de estudio, destacándose entre ellos las empresas mineras transnacionales.

Palabras claves: nuevos actores; producción ovina extensiva; minería; Patagonia.

Abstract
The intention of the article is to analyze the central plateau of Santa Cruz in its socio-productive aspects. The main aim of the investigation, from which this work is a partial elaboration, is to establish: on the one hand, the viability of the traditional extensive ovine model in the region; on the other hand, the possibilities that the associative practices have to become the articulador axis of a productive relaunching. Here, we present a first socioeconomic and productive analysis in order to define the scene in which, at the moment, the extensive ovine production takes ahead. We include a description of the new actors who, nowadays, operate in the area of study, standing out among them, the transnational mining companies.

Keywords: new actors; extensive sheep production; mining; Patagonia.


Introducción

En el siguiente artículo analizaremos la meseta central de Santa Cruz en sus aspectos socioeconómicos y productivos (1). El objetivo que guía la investigación, de la cual este trabajo es una elaboración parcial, se orienta a establecer la viabilidad del modelo ovino extensivo vigente en la región, así como las posibilidades de que las prácticas asociativas se constituyan en el eje articulador de un relanzamiento productivo. Aquí, presentamos un primer análisis socioeconómico y productivo con la finalidad de definir el escenario en el que actualmente se lleva adelante la producción ovina extensiva. Incluimos una descripción de los nuevos actores que actualmente operan en el centro-norte de la provincia y, especialmente en nuestra área de estudio, destacándose entre ellos las empresas mineras.

Nos centraremos en la presentación de un análisis socioeconómico y productivo del Departamento Magallanes. Para ello, tomamos datos aportados por censos y encuestas nacionales, informes de organismos tecnológicos vinculados al sector agropecuario y otros producidos y/o relevados por nuestro equipo, con la finalidad de definir el escenario actual en que la producción ovina extensiva se desarrolla en el área en estudio. Entre los actores presentes en el área están aquellos que denominamos "nuevos", destacándose entre ellos las empresas mineras transnacionales, las cuales tienen, a primera vista, un impacto notable en el uso de la tierra y, posiblemente, en las nuevas orientaciones para el desarrollo que se piensen para el Departamento en estudio y buena parte de la provincia. Esto último será necesario establecerlo con el paso del tiempo y nuevas investigaciones.

1. Metodología de búsqueda, registro, análisis y sistematización de información

En primer lugar realizamos un relevamiento de información estadística, centralmente los Censos Nacionales de Población, Censos Nacionales Agropecuarios y Encuestas Nacionales Agropecuarias, cuya sistematización y análisis se presenta principalmente en el apartado 2 de este artículo. Además, recurrimos a bibliografía especializada para la descripción del área de estudio y del proceso de ocupación y puesta en producción del territorio santacruceño. Relevamos también información de documentos internos de INTA, sistematizaciones del Consejo Agrario Provincial (CAP) e informes de avances y resultados de investigaciones de la UNPA y otras universidades como así también consultas personales con productores, técnicos, académicos, etc.

Una parte importante de la información necesaria fue producida durante el primer año del proyecto. Para ello, trabajamos en primer lugar el diseño, llenando después una grilla que abordó diversos aspectos de las estancias y los productores del Departamento (por ejemplo, stock, superficie, tipo de tenencia, edad, percepción de beneficios extra prediales -jubilación, pensión, alquiler- o prediales -regalías, servidumbres-, etc.). Este trabajo incluyó un análisis de la situación socioeconómica de cada uno de los establecimientos, no solo utilizando datos provistos por el Laboratorio de Teledetección de INTA Santa Cruz sino también consultas con cada uno de los productores a los fines de completar la información no disponible en ese u otros medios, llegando a elaborar un margen bruto para una estancia modal del Departamento (Álvarez, 2009).

Una vez organizada la misma y caracterizadas las estancias, procedimos a seleccionar aquello/as que serían entrevistado/as, procurando involucrar sujetos que den cuenta de cuatro categorías: jóvenes (hasta 45 años, aproximadamente), mujeres a cargo de estancias, antiguos pobladores/as y nuevos actores. Esta información más la provista por encuentros informales en diversos ámbitos (Asociación Rural de Puerto San Julián; Agencia de Extensión Rural del INTA en la misma ciudad, visitas a establecimientos por diversos motivos, entre otros) permitió confeccionar un mapa de actores donde procuramos reflejar qué tipo de vínculos mantenían (y mantienen) con sus vecinos y otras entidades así como la intensidad de los mismos. La lectura y análisis de las entrevistas desde diversas miradas disciplinares (sociología y psicología social, especialmente) permitió una interpretación y valoración de las actitudes que asumen, entre otras, hacia el trabajo asociativo. El resultado de ese análisis puede consultarse en Andrade (2010).

2. El momento de la ocupación ovina

Este apartado resulta de utilidad a los fines de comprender el momento histórico en que se introduce el ovino en la región patagónica en general y en Santa Cruz en particular, considerando que su arribo significó la ocupación y puesta en producción de un ambiente no incluido hasta entonces en los circuitos comerciales nacionales y/o internacionales. Cuando este proceso ocurre, los pueblos originarios habían sido exterminados o reducidos a un número que no suponía peligro para la consolidación de la explotación ganadera ovina extensiva (EOE). Para mediados del Siglo XIX, la pampa bonaerense presentaba condiciones óptimas para la cría del ovino, básicamente por la muy buena calidad de sus pastizales y la alta receptividad de los mismos (Sabato, 1989) (1). Durante la segunda mitad del siglo XIX el reinado del lanar fue indiscutido en ese contexto (Carrazzoni, 1997: 333) y esa preponderancia se refleja en el peso que la producción exportable ligada a la ganadería ovina tenía entonces, situación destacada por Di Tella y Zymelman (1973: 14): "(...) entre los años 1876 y 1881, del total de exportaciones, el 53% del volumen correspondía a lana; el 32% a cueros y el 11% a tasajo, sebo y aceite."

Según Cortés Conde y Gallo (1973), el ciclo del lanar en Argentina comienza en 1855 sin embargo, Sabato (1989) menciona que a fines de la década de 1840 ya se exportaba lana hacía Europa. Más allá de estas discrepancias, es interesante ver como se fueron constituyendo mercados de ultramar para la lana y como, una vez concluida la fiebre del lanar en Buenos Aires, los mismos puertos serán utilizados más adelante para colocar la producción lanera de las estancias patagónicas (Lafuente, 1981).

El predominio en las exportaciones argentinas de la lana perderá fuerza hacia 1880/85, básicamente por dos razones: la aparición del frigorífico y el despegue de la agricultura exportadora en la pampa húmeda. Estas dos circunstancias producen un cambio en la composición de las exportaciones, donde la lana, sin perder la posición hegemónica en las mismas, comienza a sufrir el asedio de la agricultura (Di Tella y Zimelman, 1973; Carrazoni, 1997) disputa que concluirá con su desplazamiento hacia tierras de menor calidad y marginales, en razón de un cambio en la concepción y uso de la tierra de la pampa bonaerense que:

lleva inexorablemente a un desarrollo social que valoriza la tierra de la zona pampeana, apta para agricultura y ganadería. La oveja, ayer reina del campo, pasa a segundo plano, pues su lana y corderos reditúan menos beneficios que el vacuno o la agricultura; en consecuencia sufre un violento desplazamiento hacia tierras más baratas, como las zonas marginales de la región antedicha o los inmensos campos patagónicos. Esos campos, desde luego, no podían producir carne sino lana y por ello se buscan razas orientadas a tal finalidad" (Giberti, 1980: 195) (2)

En la Patagonia Austral, los años que serán decisivos en el surgimiento y consolidación de la EOE son los que van desde 1880 hasta 1914/18 (Barbería, 1995; Lafuente, 1981; Giberti, 1980), período en el que se gestó y consolidó la modalidad productiva aún vigente. La afirmación de Giberti (1980: 195) debe matizarse en consideración de la diversidad ambiental y la amplia superficie ocupada por la región patagónica, especialmente porque en la franja de valles cordilleranos y de meseta se producen, en la actualidad, corderos para exportación y fruta fina con el mismo destino. Además, la presencia e importancia que la carne ovina adquirió durante las primeras seis o siete décadas del Siglo XX en esta región, se expresa en la presencia de los frigoríficos de la compañía Swift-Arnour en diferentes ciudades del territorio santacruceño (Puerto Deseado, Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz y Río Gallegos), los cuales exportaban directamente a Gran Bretaña su producción (grasa y reses congeladas, principalmente). La reconversión del negocio ovino de lanero a carnicero se inició en Buenos Aires, mucho antes de que las majadas fueran desplazadas hacia el sur (Sabato, 1989 y 1993; Carrazoni, 1997) (3).

Aun en esta época, que podríamos calificar de "ovejas gordas", cuando se obtenían y exportaban grandes volúmenes de lana, esta producción no incorporó valor agregado a través, por ejemplo, de lavaderos de lana, lo cual habría dado la posibilidad de obtener mejores ingresos por su venta y, tal vez, hubiera llevado a un manejo distinto de la majada y del pastizal natural (Carrazoni, 1997), situación que a la postre será definitoria del manejo de los rebaños en el sur y su posterior desenlace, con suelos y pastizales más pobres y sensibles al sobrepastoreo, especialmente por su escasa posibilidad de recuperación de un año para el otro (Andrade, 2005).

Esta característica será distintiva del sector lanero en Patagonia: el manejo repetitivo del ciclo productivo, escasa innovación e implementación de tecnologías, imposibilidad de abrir o visualizar nuevos nichos de mercado conjugados con catástrofes ambientales y el pésimo impacto que la política económica de la década de los 90' tuvo en la rentabilidad de las estancias, se conjugan hoy con una notable desatención del sector ovino extensivo por parte del estado provincial, cuando en el mismo área se desarrolla vertiginosamente la megaminería trasnacional: el escenario emerge sombrío para la ganadería ovina y esta vez, tal vez, verdaderamente lo sea.

Se puede hablar de tecnología en dos dimensiones: una, de bajo costo y que más que nada apunta a modificar prácticas de manejo. Al respecto, desde mediados de los años ´90, el programa Prolana (4) apunta a mejorar la obtención y presentación de la lana, pero ese era ya un contexto de franco estancamiento y retroceso de la ganadería ovina y de caída de su participación en la composición del Producto Bruto Geográfico (PBG) por sectores en la provincia (UFPA/UBA/MTSS, 1994; UFPA/UBA, 1995a; UFPA/UBA, 1995b). La otra dimensión, tiene relación con la concepción más difundida de este concepto, asociada a máquinas y mayores costos. Sobre el particular y según Di Tella y Zymelman (1973: 67), recién en el ciclo económico 1893-1902 se instalan algunos lavaderos de lana y otras industrias en el país, todas ellas en pequeña escala, por lo cual podría asumirse que el impacto de los mismos en el volumen de producción de lana nacional fue poco relevante.

A inicios de la década de 1940, una circunstancia fortuita promueve la instalación de lavaderos:

la falta de bodegas promovió el desarrollo de la industria del lavado de lana, la que en 1940 participó en el comercio de exportación en mayor proporción que en cualquier período anterior (...) para el año 1944, la situación mejora en gran parte debido a un aumento en las exportaciones de lana limpia (...) (Di Tella y Zymelman, 1973: 298).

Sin embargo, la constatación de esta mejoría relativa no incentivó la expansión de esta industria y, como fue señalado, en Santa Cruz nunca se dispuso de ella, razón por la cual su producción lanera todavía hoy se vende, con la excepción de los trabajos que se realizan en el marco del Prolana sin mayores agregados.

3. El Departamento Magallanes: descripción del ambiente natural, clima y suelo

Una exposición de las principales características del ambiente natural, clima y suelo del Departamento Magallanes, así como de otras asociadas a las dimensiones demográficas y productivas, resulta de utilidad a los fines de conocer, por un lado, el contexto en el que se desarrolla la EOE y, por otro, a los propios sujetos que allí habitan. El Departamento Magallanes se encuentra ubicado en la Región Central sobre la Sección Atlántica, cuyos límites son: Norte: Departamento Deseado; Este: Océano Atlántico; Oeste: Departamento Río Chico; Sur: Departamento Corpen Aike (ver mapas 1 y 2 anexo). La superficie departamental es de 19.805 km2 (1.980.500 has., que equivalen al 8,1% del territorio provincial). El único centro urbano es Puerto San Julián con 6.152 habitantes y se registra una población rural de 394 personas, incluyendo el personal que trabaja en los diferentes emprendimientos mineros. Las vías de comunicación son terrestres (Ruta Nacional 3; Rutas Provinciales 77, 25, 12, 47, 7 y 83); aéreas (aeropuerto con escasa actividad por parte de la empresa estatal LADE) y marítimas, con la presencia de un puerto con muy poca actividad durante el año.

El área puede definirse como una estepa de arbustos enanos, rastreros, de muy baja cobertura vegetal (20 ó 30%), con arbustos de porte mayor siguiendo las líneas de escorrentía y grandes áreas cubiertas de pavimento de erosión en un relieve plano, de planicies aluviales de rodados patagónicos y mesetas sedimentarias. Incluye también zonas de serranías sobre rocas efusivas ácidas mesozoicas, mesetas basálticas sobre derrames volcánicos terciarios y cuaternarios y extensas depresiones excavadas en substratos poco consolidados como el Gran Bajo de San Julián. Los paisajes resultantes son variados: planicies de rodados, valles fluviales, cañadones, serranías rocosas, peneplanicies, bajos, mesetas volcánicas y áreas de desmoronamientos (González y Rial, 2004).

Borrelli y et. al. (1997) dividieron la Meseta Central de acuerdo a la isohieta de 200 mm en dos unidades: Meseta Central Costera y Meseta Central Mediterránea. La Meseta Central Costera abarca la parte Este del Departamento con 20 establecimientos ganaderos (los cuales son descritos en el Censo Nacional Agropecuario 2002 como Explotaciones Agropecuarias -Eaps- y a las que nosotros denominamos estancias), incluyendo la Reserva Provincial "Península de San Julián". Por su parte, la Meseta Central Mediterránea abarca la parte Oeste con 78 estancias, incluidos los establecimientos comprados/rentados por empresas mineras.

El Clima predominante es frío árido de meseta, con promedios térmicos de 8 a 10ro. C de noreste a sudoeste. Las precipitaciones en general están por debajo de los 150 mm., una delgada franja costera recibe lluvias algo superiores a los 200 mm anuales, concentradas en el invierno.

Los suelos son del tipo aridisoles de textura franco-arenosa a franco-arcillosa, con bajos contenidos de materia orgánica. Muchos de ellos están profundamente degradados por el sobrepastoreo. En estos casos, los horizontes arcillosos subsuperficiales quedan expuestos y se cubren de pequeños guijarros por efecto del congelamiento y descongelamiento. Estas superficies constituyen los "pavimentos de erosión" (Borelli et. al., 1997; González y Rial, 2004).


3.1. Estructura productiva: superficie y tamaño de la majada

En este apartado describiremos la situación del Departamento Magallanes y lateralmente la de Río Chico (departamento contiguo hacia el centro-oeste de la provincia) a partir de los datos del CNA 2002, a pesar de haberse registrado en los últimos años cambios importantes en la tenencia de la tierra, los cuales son presentados más adelante en carácter descriptivo-exploratorio a partir de datos propios, relevados durante 2007 y 2008 y a partir de los cuales se confeccionó el mapa 3.

El CNA 1988 registra para Santa Cruz un total de 1.114 estancias, 996 de las cuales acumulaban un stock de 4.094.658 cabezas ovinas. El CNA 2002 registra 947 estancias. La disminución en el número total entre ambos censos es de 167 establecimientos. Esta diferencia puede adjudicarse, al menos, a tres factores: 1) algunas de las estancias no fueron censadas; 2) otras fueron compradas por establecimientos más grandes o se fusionaron en una sola y 3) muchas de las explotaciones no fueron censadas porque se encontraban fuera de producción y sin personas residiendo en ellas o, directamente, fueron obviadas en el relevamiento.

De las 947 estancias registradas por el CNA 2002, 496 se dedicaban a la ganadería ovina (de manera exclusiva o en combinación con otras actividades), reuniendo un stock de 2.165.382 ovinos.

Las tablas 1 y 2 permiten apreciar dos variables cuya consideración es importante a los fines de nuestra investigación: por un lado, la superficie predominante en los Departamentos Magallanes y Río Chico (ambos de la zona centro de la provincia) y su comparación con los Departamentos Corpen Aike y Guer Aike (ubicados hacia el centro sur) y, por el otro, el tamaño modal de la majada en cada departamento. La importancia de esta información tiene relación con el umbral de subsistencia que las estancias presentan y sus posibilidades a futuro en términos de sustentabilidad no sólo ambiental sino también social y económica (como bien lo señalan Pickup y Stafford, 1993).

Tabla 1: Tamaño de la majada y número de explotaciones por categoría. Departamentos seleccionados. Valores absolutos.

Tamaño majada
(miles de ovinos)
Departamento Total Provincial
Magallanes
(35)
Río Chico
(40)
Corpen Aike
(43)
Guer Aike
(101)
Hasta 50
0
0
0
0
332 (13)
51 - 150
402 (4)
518 (6)
0
735 (2)
4.373 (47)
151 - 140
1.136 (5)
721 (3)
1.325 (4)
735 (2)
12.955 (48)
401 - 700
2.396 (4)
2.216 (4)
2.679 (5)
0
21.198 (38)
701 - 1.000
2.726 (3)
2.710 (3)
2.800 (3)
3.355 (4)
24.108 (27)
1.001 - 2.000
16.334 (11)
8.164 (5)
11.887 (8)
10.575 (7)
126.697 (85)
2.001 - 4.000
15.305 (6)
18.060 (6)
25.452 (8)
46.286 (15)
270.556 (91)
4.001 - 6.000
0
18.808 (4)
24.445 (5)
74.013 (15)
188.306 (39)
6.001 - 8.000
0
40.805 (6)
28.730 (4)
62.461 (9)
220.938 (32)
8.001 - 10.000
0
26.434 (3)
8.700 (1)
146.667 (16)
216.995 (24)
10.001 - 15.000
10.358 (1)
0
25.179 (2)
222.429 (18)
356.394 (29)
15.001 - 20.000
0
0
35.286 (2)
107.358 (6)
228.661 (13)
Más de 20.001
83.790 (1)
0
33.500 (1)
376.579 (8)
493.869 (10)
2.165.382

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia. Los números entre paréntesis remiten a total de estancias en cada estrato.

Algunas constataciones que permite valorar la tabla 1:

a. El número de establecimientos en producción (entre paréntesis al inicio de cada columna) aumenta hacia el sur de la provincia como así también lo hace el tamaño de la majada.

b. También se aprecia que en Magallanes el tamaño de las majadas se concentra en el stock de hasta 2.000 cabezas ovinas con seis establecimientos (fuera de las grandes compañías ganaderas) en el intervalo de entre 2.001 y 4.000. Río Chico presenta prácticamente la mitad de sus estancias en producción a partir del segmento de 2.001 a 4.000 y más ovinos.

c. Guer Aike es el Departamento que presenta, aparentemente, mejores condiciones objetivas para la producción ganadera con 101 estancias en producción y la enorme mayoría de ellas con un stock de 4.001 a 6.000 y más ovinos.

Tabla 2: Extensión y cantidad de explotaciones. Por departamentos seleccionados (en miles de has.)

Extensión
(Has.)
Magallanes
(76)
Río Chico
(107)
Corpen Aike
(83)
Guer Aike
(108)
Total
Provincial
Menos de 500
500 (1)
0
320 (1)
121 (1)
2540 (60)
500,1 - 2500
0
5.000 (2)
2.500 (1)
2.500 (1)
45.866 (23)
2500,1 - 5000
9.145 (2)
32.865 (7)
0
39.984 (10)
176.201 (40)
5000,1 - 7000
0
12.517 (2)
17.778 (3)
10.808 (2)
181.604 (30)
7000,1 - 10.000
123.101 (13)
86.940 (10)
46.312 (5)
97.500 (10)
1.167.300 (126)
10.001 - 15.000
45.000 (3)
195.043 (15)
104.298 (8)
213.320 (16)
1.568.291 (119)
15.001 - 20.000
848.759 (44)
714.851 (38)
520.468 (27)
322.754 (17)
5.253.171 (277)
20.001 - 30.000
150.616 (6)
360.136 (14)
388.290 (16)
549.518 (22)
3.198.101 (125)
30.001 - 40.000
113.000 (3)
173.500 (5)
295.810 (8)
400.144 (11)
2.081.674 (58)
Más de 40.000
557.546 (4)
827.451 (14)
1.034.754 (14)
1.661.428 (20)
6.209.460 (86)

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

Esta tabla destaca:

a. Que el valor modal de Magallanes y Río Chico se ubica entre 15.000 y 20.000 has. Además, en el estrato de 20.001 y más has., Río Chico presenta un número relativamente importante de establecimientos (33/107).

b. Corpen Aike ubica en el estrato de 15.000 a 20.000 has., un buen número de sus estancias. Sin embargo, presenta también un porcentaje importante del total de sus establecimientos en los estratos de 20.001 o más has. (38/83).

c. Guer Aike ubica en el estrato de 20.001 o más has., prácticamente el 50% de sus estancias (53/108) lo que sumado a la existencia de pastizal natural en mejores condiciones que en los demás Departamentos permite que retenga un porcentaje muy alto del total provincial de ovinos.

En todos los casos, por ser la ganadería ovina desarrollada en la modalidad extensiva, la superficie es un componente central de este sistema: a menor productividad por hectárea del pastizal natural mayor demanda de superficie. Como mostramos en otro lugar (Andrade, 2005) esto no resuelve el problema. Estas constataciones indican una tendencia en la cual las estancias con stock ovino tienden a concentrarse en los estratos de mayor superficie, lo cual no necesariamente supone majadas de mayor número de cabezas ni la posibilidad cierta de sostenerlos de modo saludable. Además, la comparación entre la Tabla 1 y 2 también permite apreciar la diferencia entre las estancias catastralmente existentes y las que están en producción y como el número de las que se dedican a la explotación del ganado lanar se concentra hacía el centro-sur de la provincia:

Tabla 3: estancias existentes y en producción. Departamentos seleccionados. Santa Cruz.

Departamento Estancias
según CNA 2002
Estancias
en producción
Magallanes
76
33
Río Chico
107
40
Corpen Aike
83
43
Guer Aike
108
101

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

En el caso de los dos primeros Departamentos, el número de establecimientos registrado por el CNA 1988 es sustantivamente superior, lo cual puede interpretarse como una evidencia más del abandono y despoblamiento de la zona: las estancias faltantes serían, en su mayoría, explotaciones abandonadas durante un proceso que comenzó en los ´80 y se agudizó notablemente durante la década de los 90' (Andrade, 2003 y 2005), centralmente impulsado por problemas ambientales-naturales: erupción del Volcán Hudson, grandes nevadas, impacto negativo de la política económica nacional durante los años 90', entre otros.

A nivel provincial el estrato de extensión predominante es el que comprende establecimientos de entre 15.001 y 20.000 has., característica que se repite en tres de los cuatro departamentos referidos; el único que no sigue la tendencia es Guer Aike, presentando un valor modal en el estrato de 20.001 a 30.000 has.

En lo relativo al tamaño de la majada, en el caso de Magallanes, sobre 76 estancias registradas por el CNA 2002, veintisiete tienen existencias ovinas con stocks que fluctúan entre 51 y 2.000 ovinos y seis explotaciones disponen de un número de entre 2.001 y 4.000. Se destacan dos estancias de las llamadas "grandes" con stock y superficie que supera ampliamente el valor promedio. Río Chico registra 107 estancias, 40 de las cuales concentran toda la distribución de su stock en los estratos comprendidos entre 51 y 10.000 has.

En el Departamento Magallanes encontramos que estancias con stock ovino de entre 2.002 y 4.000 cabezas solo hay seis establecimientos y concentran poco más de 15.000 cabezas (promedio de 2.500 por estancia). En tanto Río Chico también reúne seis con casi 19.000 animales (promedio: 3.170); Corpen Aike, ocho con 25.500 (promedio: 3.200) y Guer Aike, 15 con algo más de 46.000 (promedio: 3.100). Sin embargo, a excepción de Magallanes, los demás departamentos comparados en la Tabla 1 tienen estancias con stock de 4.000 o más cabezas.

En Magallanes la presencia de bovinos es mínima, en tanto en Río Chico 54 explotaciones se dedican a criarlos, reuniendo entonces 9.500 cabezas (CNA, 2002).

Un dato que evidencia con suma claridad la situación del sector ovino, indica que sobre 497 estancias que declararon tener stock de animales (bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, equinos) en el CNA 2002, solo 291 comercializaron en algún tipo de canal (remates, mercado concentrador, carnicería, matarife, frigorífico-matadero) ese año, lo cual podría estar mostrando que prácticamente el 60% del total de establecimientos con alguna actividad pecuaria sólo tiene producción para subsistencia o ventas ocasionales. En el caso específico de los ovinos, el 60% de las estancias con stock venden a frigorífico y/o matadero y en segundo lugar a carnicerías.

Puede afirmarse que en Santa Cruz, con la excepción de Magallanes y parte importante de Río Chico (departamentos muy afectados por la desertificación (5), con valor modal de tamaño de las estancias entre 15.000 y 20.000 has., y muy bajo stock ovino en las que continúan en producción) a los que deben sumarse los departamentos con escasa actividad ovina en la actualidad (Lago Buenos Aires y Deseado), el segmento de 20.000 y más has., es el que potencialmente podría ser caracterizado como típicamente criador de ovinos en la actualidad. Por debajo de ese tamaño, el problema de la escala combinado con la baja receptividad del pastizal natural, torna muy difícil la producción bajo la modalidad extensiva. Magallanes y Río Chico son la cabal constatación de ello.

Es en este marco socioproductivo donde asoma, a mediados de los ´90, la megaminería en Santa Cruz: probablemente el retroceso de la producción y el consiguiente despoblamiento de una zona que nunca tuvo una densidad poblacional importante facilitó el asentamiento de estas empresas con pocos o ningún conflicto.

Entre las exigencias que apuntan a la sustentabilidad económica de las explotaciones ovinas extensivas, en 20.000 has. deberían poder reunir un stock de, por lo menos, 4.000 cabezas, como un modo de afrontar con mínima solvencia situaciones críticas y no infrecuentes, tanto en lo ambiental como en el funcionamiento del mercado. Sin embargo, al menos para el área estudiada, llevar el stock a ese número supondría el colapso definitivo del pastizal natural.

Es en el entrecruzamiento de la dimensiones ambiental y económica donde aflora el conflicto: la satisfacción de consideraciones económicas impacta en lo ambiental y viceversa, la satisfacción de consideraciones ambientales afecta seriamente la rentabilidad de las explotaciones. Atender esta restricción reduce la actividad prácticamente al Departamento Guer Aike, parte de Corpen Aike y Lago Argentino, es decir, hacia el centro-sur, centro-oeste y sur de la provincia.

Ante este panorama del sector, una cuestión crucial a resolver es qué destino (productivo o de qué otro tipo) se dará a las explotaciones con superficies de hasta 10.000, 15.000 o 20.000 has., ubicadas en la zona centro y norte, incluyendo éstas buena parte de las estancias de Magallanes, con la excepción de los establecimientos manejados por empresas ganaderas y cómo se logrará el necesario cambio en el uso del suelo y, consecuentemente, en las prácticas productivas tradicionales. Una perspectiva que parece tener chances de viabilizar nuevos modos de producción es la asociativa, apoyada en la búsqueda de consensos y acuerdos amplios que permitan compartir el riesgo y los potenciales beneficios de las decisiones tomadas. Al respecto, el CNA 2002 indica que del total de estancias registradas por el censo, 428 manifestaron participar en alguna instancia asociativa. El 86% respondió hacerlo en instancias gremiales, muy por debajo se eligió Prolana, cooperativas y cambio rural. Asumir la instancia asociativa supone crear y/o recrear un marco institucional que hasta ahora no ha sido propiciador de estas prácticas.

4. Caracterización socioproductiva de las estancias en Magallanes según aspectos seleccionados

Las variables seleccionadas y analizadas se centran en describir dos aspectos que consideramos cruciales para el futuro del área en estudio: por un lado, la población residente y temporaria: ¿quiénes son, qué hacen, cuántos son? y, por otro lado, el tipo de producción y prácticas que allí se llevan adelante: ¿qué stock de ovinos tienen actualmente? ¿qué producen y cómo comercializan? ¿realizan prácticas de innovación productiva y cuáles son estas?


4.1. Trabajo familiar, trabajo directo del productor y empleo

El tipo de gestión cotidiana en las estancias está predominantemente centrado en el productor o miembros de la sociedad: en la provincia, sobre 826 que declaran el tipo de gestión, 757 corresponden a esa categoría y 62 está en manos de administrador.

Con información para 947 estancias de Santa Cruz (CNA 2002), 736 manifiestan que allí residen personas, es decir, había 211 deshabitadas. Si las adicionamos a las faltantes en la comparación entre el CNA 1988 y el 2002, tenemos 378 estancias que, potencialmente y para la fecha de ese cierre del CNA 2002, podrían ser definidas como fuera de producción en la provincia. Sin embargo, este número debe tomarse con cautela pues muchas (o todas) las faltantes podrían ser las mismas que no registran personas. En el análisis más optimista, serían 211 las estancias fuera de producción.

Del total de residentes en los establecimientos, el 62% son trabajadores no familiares; 16% son productores o socios y el porcentaje restante (22) son familiares del productor o socio. El mayor número de residentes efectivos se encuentra en el sur provincial. Allí, Guer Aike reúne el 15% de las 736 estancias que manifestaron tener residentes y el 35% de los residentes permanentes; en tanto en la zona norte, Deseado reúne el 33% de las explotaciones y el 22% de las personas permanentes en las estancias. En la zona centro, el Departamento Magallanes retiene el 9% de las estancias y el 7% de las personas; Río Chico, por su parte, tiene el 7% de las estancias y el 6% de las personas. Una discriminación de los residentes según el tamaño de las mismas, permite apreciar la siguiente distribución:

Otra lectura posible es la siguiente: 40% de las estancias en Santa Cruz con residentes permanentes y cuyas superficies se extienden hasta las 10.000 has., reúnen el 27% de los mismos, quedando el restante 60% con extensiones superiores a las 10.001 has., con el 73% de aquellos, lo cual ratifica que el segmento en producción tiene un piso de 10.000 has., muchas de las cuales estarían realizando una actividad prácticamente de subsistencia por lo cual, y recuperando lo señalado más atrás, no es desatinado pensar que el piso para desarrollar ganadería extensiva podría ser definido con base en las 20.000 o más hectáreas, con el fin de garantizar la sustentabilidad en todas sus dimensiones (Pickup y Stafford, 1993). Con relación a la composición por género de los trabajadores permanentes, sobre un total de 2.461 en las estancias de Santa Cruz, el 92% son varones.

Tabla 4: Trabajadores permanentes según relación con el productor y sexo. Valores absolutos y porcentuales. Total provincial.

Condición
Sexo
Productor Familiar No familiar Total
Varón
716
159
1400
2.275
Mujer
130 (15%)
20 (12%)
36 (2,5%)
186 (8%)
Total
846
179
1.436
2.461

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

Esta tabla permite apreciar una información adquiere carácter estratégico, en tanto podría ser la puerta de entrada en el desencadenamiento de procesos importantes en la dirección del desarrollo en la zona centro, tal es el empleo de la perspectiva de género. Ésta podría tener impacto positivo, en tanto las mujeres son un grupo tradicionalmente postergado tanto como objeto de las políticas para el sector rural en Patagonia como en la toma de decisiones que afectan el manejo mismo de las explotaciones, donde mayoritariamente tienen dificultades para participar.

En Magallanes, respecto al vínculo laboral de los productores, encontramos que existían 14 productores o socios que trabajaban en las estancias y fuera de ellas, prácticamente un tercio de ellos lo hacía por cuenta propia en el sector agropecuario y luego se encontraban una variedad de empleos dentro y fuera de ese sector. En Río Chico, sobre 35 personas en la misma condición, poco más de un tercio tenía un trabajo asalariado permanente fuera del sector agropecuario. Este aspecto de la relación laboral es estudiado bajo la denominación de pluriactividad y lo hemos trabajado con cierto detalle en otro documento (Andrade, 2009).

La mayoría de los residentes en ambos departamentos corresponde a peones generales, destacándose en Río Chico un total de 11 personas definidas como encargados, mayordomos, capataces (jefes de producción).

Tabla 5: Productores o socios que trabajan para las Estancias según edad, sexo y Departamento. En valores absolutos

Edad Departamento Magallanes Departamento Río Chico
V Estancias M Estancias V Estancias M Estancias
15-39
5
3
0
0
17
14
3
3
40-64
19
19
3
3
40
36
10
10
65 y más
8
7
4
4
13
13
2
2
Total
32
29
7
7
70
63
15
15

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

La tabla precedente deja en claro que el grupo mayoritario de personas que trabajan exclusivamente para la estancia está concentrado en las edades de entre 40 y más años, asumiendo que en el grupo de entre 15 y 39 predominan los mayores de 20 años, tanto en varones como en mujeres. Ratificando la información de la Tabla 4, existe un número relativamente pequeño de mujeres que residen en el área rural, tanto en cantidad como en su distribución en los diferentes establecimientos.

Tabla 6: Población residente en las Estancias según sexo y edad. Departamentos seleccionados. Valores absolutos.

Edad Departamento Magallanes Departamento Río Chico
V Estancias M Estancias V Estancias M Estancias
Hasta 14
1
1
12
1
1
1
1
1
15-39
34
9
8
8
43
30
6
6
40-64
41
31
8
6
78
51
11
10
65 y más
18
18
10
9
19
18
5
5
Total
94
59
38
24
141
18
23
22

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

La mayoría de la población residente en las estancias es masculina, en una proporción prácticamente de tres varones por cada mujer. De los residentes, predominan los que tienen 40 o más años. Sin embargo, según nuestros propios datos (Álvarez, 2009), la mayoría de los productores se ubican en el intervalo de 60 y más años y los empleados rurales se distribuyen aleatoriamente en las diversas categorías de edad. Son los varones los que mayor dispersión presentan en el área en estudio: se los encuentra en 59 explotaciones de las 76 que registra el CNA 2002 para Magallanes.

En Río Chico, las mujeres son todavía menos que en el Departamento Magallanes, pero se distribuyen en más estancias que los varones: 22 para ellas y 18 para los varones. La situación precedente se explica, al menos en una buena proporción, por las características históricas del empleo en las estancias patagónicas: se buscaron siempre hombres jóvenes y solteros, lo que también sirve para comprender la alta tasa de masculinidad que hasta décadas recientes presentaba la provincia. Después del quiebre que supuso la década de los noventa, no se encuentran varones jóvenes para ocupar en tares rurales, por lo que se valoriza la experiencia de los pocos que todavía quieren trabajar en ese ámbito, sin importar ni la edad ni el estado civil.

Tabla 7: Residentes en las Estancias por sexo y edad. Total provincial. Valores absolutos

Edad Total Provincial Distribución por Estancias Total
V M V M
Hasta 14
53
54
24
23
107
15-39
527
95
242
60
622
40-64
1.156
180
558
150
1.336
65 y más
242
92
188
67
334
Total
1.978
421
1.012
300
2.399

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

La distribución de los trabajadores según sexo por departamentos, más arriba señalada, es coherente con la observada a nivel provincial, donde los varones son abrumadora mayoría en la composición de la población rural y predominan las personas de 40 y más años: el 56% tiene entre 40 y 64 años y el 14%, 65 y más; en ambos grupos etarios, los varones son monopólicos: 87% y 72% respectivamente. Esto permite comprender una de los reclamos recurrentes de los productores: no hay gente para trabajar en el campo y esto porque no hay, al igual que ocurre con la mayoría de los productores, recambio generacional en los grupos sociales que tradicionalmente sostuvieron el empleo y la gestión de la actividad rural.

Tabla 8: Ocupación de trabajadores permanentes, según relación con el productor, por sexo y ocupación. Total provincial. Absoluto y Porcentual

Ocupación Varones Mujeres Total Estancias
Encargados / mayordomos /capataces
204
(97%)
(14%)
5
(3%)
(9%)
209
(100%)
(14%)
163
Medieros
Poco relevante
Profesionales y técnicos de la producción
Poco relevante
Operadores de ordeñe e instalaciones del tambo
Poco relevante
Operadores de maquinaria, equipo e instalaciones
23
(100%)
(2%)
23
(100)
(1.50%)
12
Peones generales
910
(95%)
(62%)
43
(5%)
(78%)
953
(100%)
(62%)
494
Otras ocupaciones agropecuarias
334
(98%)
(22%)
7
(2%)
(13%)
341
(100%)
(22.50%)
106
Total
1471
(95%)
(100%)
55
(5%)
(100%)
1.526
(100%)

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

Retomando la composición por género del empleo (permanente y temporal) en las estancias santacruceñas, tenemos que de 1.526 ocupaciones en el sector (CNA, 2002), el 95% es empleo masculino. De estos, las categorías predominantes son, con el 62% los peones generales y con el 14% los encargados o mayordomos. Del total de mujeres con empleo rural (55), por un lado, tenemos que el 78% de ellas son peones generales, no obstante apenas representan el 5% del total de esa categoría. Por otro lado, el 9% son encargadas o mayordomas, no obstante, representan apenas el 3% del total de trabajadores en esa categoría, donde el 97% son varones. La tabla grafica la escasa participación que la mujer tiene en labores vinculadas con la explotación ovina extensiva en Santa Cruz.

Tabla 9: Contratación directa de mano de obra transitoria, en jornales según labor.

Total de
Estancias y Jornales
Cosecha de
otros cultivos
Esquila Manejo de ganado Otras
Estancias
Total Prov.
431
41.938
26
10.922
246
10.037
346
17.216
51
3.763
Magallanes
Estancias
Jornales
26
2.774
22
1.034
20
1.200
3
540
Río Chico
Estancias
Jornales
38
4.555
23
865
32
2.419
15
1.271

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

Sobre 41.938 jornales pagados, el 65% (27.253) están afectados a esquila y manejo de ganado, los demás prácticamente todos a la cosecha de cultivos, principalmente en el Departamento Lago Buenos Aires (en el noroeste provincial), con destino central a la producción de cerezas. Esta explicación es ratificada por el análisis de la contratación de trabajo asalariado según superficie de la explotación: allí se aprecia que prácticamente la totalidad de los jornales se concentra en un tamaño que no supera las 500 has., correspondiendo en su mayoría a chacras en los valles de precordillera, principalmente en la localidad de Los Antiguos.

En Magallanes y Río Chico, el pequeño número de jornales pagados para la esquila, responde al reducido stock ovino y a que esa tarea la realizan, en general, los propios productores con la ayuda de una o dos personas, en ocasiones, otros productores o miembros de la misma familia.


4.3. Producción y mercado: las orientaciones visibles

El sistema de ganadería ovino extensivo concentra sus posibilidades de venta en dos productos básicos: lana y carne, luego también es importante aunque muy atrás, la cría de animales mejorados en cabañas. Respecto de los productos que se venden según el tamaño de la majada, obsérvese la siguiente tabla:

Tabla 10: Orientaciones productivas según tamaño de la majada. Valores absolutos y porcentuales. Total provincial

Tamaño de la majada
(miles de ovinos)
Producción
de Carne
Producción
de Lana
Producción
de Leche
Cría de animales
en Cabaña
Hasta 2.000
178 (46%)
253 (52%)
0
4
2.001 a 4.000
71 (18%)
90 (18%)
0
3
4.001 a 6.000
37 (10%)
39 (8%)
0
1
6.001 y más
100 (26%)
105 (22%)
0
14
Total
386 (100%)
487 (100%)
0
22

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

En la información que proporciona el CNA 2002 estaría faltando la opción de aquellos que podrían dedicarse simultáneamente a los productos centrales de la ganadería ovina: lana y carne. El cuadro muestra con cierta nitidez que en los estratos de stock de hasta 4.000 cabezas, el principal producto de venta es lana, especialmente en los que poseen hasta 2.000 animales, que son más de la mitad del total de estancias. La existencia de cuatro cabañas en este segmento hace presuponer que podría haber algunos establecimientos con reducido stock que realizan esfuerzos tendientes a mejorar la calidad genética, orientada tanto a la producción de carne y/o lana con estándares superiores al promedio.

El 52% de lana que se comercializa es producido en el estrato de menor stock ovino,

por lo que podría pensarse que esos productores obtienen de la venta de este producto todo o la mayor parte de su ingreso. Sin embargo, también este estrato concentra la venta de carne con el 42% del total. Un análisis centrado en la composición de las majadas, muestra que cada estancia puede vender un reducido número de cabezas al año (capones, corderos, borregos y ovejas viejas) con destino a faena, cuya acumulación en el total de cada estrato da un volumen importante, no obstante, el ingreso efectivo para cada estancia resultaría poco significativo en el balance de costos e ingresos, especialmente si se atiende a los reclamos recurrentes en los productores acerca del bajo precio que los frigoríficos y comercios locales y/o regionales les pagan por su producción (Andrade et al, 2010). En el total provincial se aprecia claramente la preponderancia que la venta de lana adquiere por sobre la de carne (son 101 estancias más las que venden lana por sobre las que venden carne).

El canal preferido de comercialización que emplean los productores es ocupado, en primer lugar, por la venta a acopiadores, especialmente barracas; luego en este mismo rubro siguen la venta a compradores ambulantes o locales y comprador nacional; con valores prácticamente idénticos se ubica la venta de exportación, situándose esta modalidad con preferencia en los estratos de mayor cantidad de ovinos (4.000 o más). En el caso de la comercialización, sobre 497 estancias con stock ovino en la provincia (CNA, 2002), 424 manifiestan que comercializan algún producto. De las 73 estancias que no comercializan ningún producto, 68 se ubican en los estratos que disponen de hasta 4.000 ovinos. En este caso, muchas de ellas podrían encontrarse en una etapa de reinicio de la producción, repoblamiento o recambio de razas, incluso algunos podrían mantener la lana en guarda esperando mejores precios. Si se contrasta esta afirmación con la información aportada por el cuadro precedente, la declaración del rubro productivo al que se dedican (carne, lana, leche) no se corresponde necesariamente con que, al menos el año precedente al CNA 2002, hayan comercializado toda o parte de la producción.


4.4. Manejo sanitario y tecnológico de las majadas

La próxima tabla da una idea aproximada de cómo funcionaba la actividad ganadera a principios de los años 2000 en la provincia en función de prácticas sanitarias, de manejo y con relación a la incorporación de una tecnología claramente mejoradora de la calidad de la producción como es la inseminación artificial.

Los estratos de stock que se ubican por arriba y por debajo de las 4.000 cabezas muestran un comportamiento diferenciado, el cual se agudiza en la medida que se avanza hacia los extremos: los que más y los que menos animales tienen. En este sentido, el cuadro permite apreciar que en el estrato con menor disponibilidad de cabezas hay 22 estancias que no aplican ninguna de las prácticas de manejo relevadas. De las demás, la mayoría realiza aquellas que podrían ser definidas como obligadas, tales como la desparasitación y también implementarían otras que no suponen modificaciones sustantivas a la tradición productiva en la que se han formado como ganaderos (como es el estacionamiento del servicio).

Probablemente por el costo, y también por el impacto que su incorporación trae aparejado sobre aquella tradición, la inseminación artificial es aplicada solamente por cuatro de las 236 estancias que aplican alguna prácticas de manejo en el estrato de hasta 2.000 ovinos, este es, apenas un 2%.

Tabla 11: Prácticas de manejo según tamaño de la majada. Prácticas seleccionadas. Valores absolutos y porcentuales. Total provincial

Tamaño de la majada Estancias Inseminación
artificial
Estacionamiento
del servicio
Desparasitación
Total Aplican Sistémica Baños Por derrame
Hasta 2.000
258
236
4
157
76
114
89
-100%
-2%
-11%
2.001 a 4.000
91
88
5
71
12
47
38
-100%
-7%
-13%
4.001 a 6.000
39
39
6
26
10
26
15
-100%
-15%
-16%
6.001 y más
108
107
23
95
28
54
54
-100%
-22%
-60%
Total
496
471
38
350
126
240
196
-100%
-8%
-74%
-100%
-100%

Fuente: CNA 2002. Elaboración propia.

En el segmento de 2.001 a 4.000 el comportamiento es similar, sin embargo, el impacto de la incorporación de la inseminación artificial es mayor, teniendo en cuenta que la realizan cinco estancias sobre un total para el segmento de 88 (7%).

En los estratos que tienen entre 4.001 y más cabezas, prácticamente la totalidad de ellas (con la excepción de 1) realizan alguna de las prácticas de manejo relevadas, elevándose sustancialmente el número de las que realizan inseminación artificial: 15% en el estrato de 4.001 a 6.000 y 22% en el de 6.001 y más. Sin embargo, para esta práctica, del total de estancias que la aplican, el 60% de las mismas se ubican en el estrato de 6.001 y más ovinos, lo cual podría ser evidencia de una percepción presente en muchos productores: que es una práctica cara y no accesible para-uno-como-ellos.

En el análisis de variables seleccionadas con referencia al contexto socio-productivo hasta aquí presentado, es posible apreciar la precariedad de la situación actual de un gran número de estancias dedicadas a la cría del ovino en la modalidad extensiva. La recurrente situación de crisis en lo productivo y en la rentabilidad de las estancias, no ha conducido a la búsqueda de alternativas productivas (ni dentro de la misma ganadería ovino extensiva o fuera de ella) ni tampoco a valorar el trabajo asociativo como un potencial importante en la búsqueda de posibilidades de reconversión productiva. El trabajo individual con la toma de decisiones en soledad parece ser un rasgo cultural de los productores en esta región y su impacto sobre la práctica productiva es hoy notable. En este contexto, un interrogante resulta de fundamental importancia: ¿por qué los productores que comparten situaciones de precariedad productiva y sin horizontes auspiciosos, no pueden aunar esfuerzos en la búsqueda de soluciones colectivas, al menos, para darse la posibilidad de discutir conjuntamente posibles vías de salida? La respuesta que pueda darse a este interrogante es más que urgente si atendemos que tales productores comparten, en general, el diagnostico sobre la situación actual.

5. Los nuevos actores en la zona centro: ¿quiénes son y a qué vienen?

Los nuevos actores, asomados con insistencia en los años 90' y con marcada intensidad en los años que van a partir del 2000, pueden ser caracterizados en tres grupos bastante diferenciados: el primero, conformado por una empresa ganadera grande y una mediana (otra mediana -Colmena- venía sin interrupciones desde las década de los 90') que están dedicadas a la cría y reproducción de ovinos, destinados a la venta de lana y carne (Ganadera Coronel y Mata Grande); el segundo estaría integrado por un pequeño número de empresas transnacionales dedicadas a la minería extractiva metalífera a cielo abierto (oro y plata) que han comprado tierras destinadas a la extracción de oro y plata especialmente; y, por último, un tercer y heterogéneo grupo de compradores y/o arrendatarios de numerosos establecimientos (en producción y también fuera de ella) a precios que, en primera instancia y para algunos casos, aparecen como desajustados con relación al potencial productivo que los mismos presentan; siempre y cuando se acepte que esas inversiones tienen la finalidad de continuar o relanzar la producción ovina extensiva, vigente por más de 100 años en la región.

¿Qué es lo que lleva a tales empresas y/o personas físicas (especialmente las pertenecientes al tercer grupo) a realizar inversiones, cuyos montos fluctúan entre los 300 y los 600.000 dólares en establecimientos ubicados en un área con el pastizal natural seriamente afectado, en el cual la producción ganadera es difícil y la posibilidad de otras producciones no encuentra chances ciertas de éxito en razón del pobre suelo, las muy bajas precipitaciones anuales y la ausencia de agua en superficie en caudales importantes? El avanzado proceso erosivo hace que la receptividad ovina sea de 0,10/0,13 animal/ha., en promedio, es decir, se requiere 10 o más has., para sostener cada ovino: un establecimiento de 20.000 has., puede alimentar en condiciones más o menos saludables a 2.000/2.500 ovinos, un número que apenas (en el contexto socioproductivo de los últimos años) garantiza la sustentabilidad económica del productor en años de buen valor para la lana.

En un esfuerzo por interpretar estos cambios, encontramos algunas explicaciones que pueden orientar la mirada hacia aspectos que, en primera instancia, permitan comprender tales inversiones: a) parte o toda las utilidades de estas empresas y/o empresarios son volcados a la compra y/o renta de estancias; b) en muchos casos, son inversiones que no tienen finalidad productiva pero que pueden servir eficientemente como garantías y/o avales en operaciones con instituciones bancarias al momento de solicitar créditos; c) personas físicas y/o jurídicas que compran sin conocer a fondo las características productivas reales de la zona o simplemente con destino "recreativo" y d) por último, inversores extranjeros cuya intencionalidad no se conoce, siendo indistintamente personas físicas o jurídicas.

Se encuentran presentes en el área, propietarios de laboratorios medicinales; empresas de bienes inmobiliarios y empresas constructoras y profesionales (abogados, contadores, médicos, etc.) tanto provinciales como nacionales y otros que habrá que seguir caracterizando. Muchos de estos nuevos actores residen en Puerto San Julián, pero hay otros cuya procedencia no es conocida; inversionistas privados y empresas extrazonales.

En los casos referidos más atrás y a partir del análisis de las entrevistas realizadas en la zona más los aportes de bibliografía específica (entre otros, cfr. Sánchez, 2006), pueden adelantarse más explicaciones que podrían estar en la base de las inversiones realizadas: 1) la estancia puede ser visualizada como un refugio ante el avance de la contaminación en el planeta y, especialmente, en los países capitalistas avanzados, ubicado en una región legendaria, imaginado como de aire puro y agua dulce en abundancia, tranquilo; 2) la compra puede responder a una especulación basada en que en la misma se detecte y/o se explote algún yacimiento metalífero y/o petrolífero que permita recuperar ampliamente la inversión realizada, ya sea por venta o regalías y 3) otras posibilidades que habrá que establecer con nuevas indagaciones. Estas explicaciones provisorias cobran cierto viso de realidad al analizar la explotación ovina extensiva que realizan varios de estos nuevos actores: la misma gira en torno a la modalidad tradicionalmente vigente; la mayoría de los propietarios de esas inversiones no residen en las mismas y las visitan algunas veces al año, generalmente en el período estival.

Indudablemente, la construcción de Argentina como país minero -que comenzó en los años 90' - también tiene notable incidencia, especialmente en Santa Cruz donde compañías transnacionales obtienen enormes ganancias explotando minas de oro y plata, pagando ínfimos montos en concepto de regalías y contando con grandes beneficios impositivos (Cfr. Svampa y Antonelli, 2009, entre otras de una incipiente producción en torno a los desafíos y problemas que trae consigo la megaminería). El Mapa 3 ilustra la distribución de las estancias ganaderas tradicionales y la de los nuevos actores en el Departamento.

MAPA 3. Establecimientos ganaderos según situación productiva y Nuevos actores en Magallanes. Provincia de Santa Cruz

Andrade, Mapa 3

Fuente: Laboratorio de Teledetección INTA EEA Río Gallegos. Datos y definición de situaciones nuestra (PICTO 31183-192)

El mapa amerita una detenida lectura con el fin de lograr una cabal comprensión de la variedad de información que incluye: en el mismo se encuentran impresas dos improntas productivas, por un lado, la ganadería ovino extensiva característica de los últimos 100 años de vida productiva provincial y, por el otro, la nueva actividad que, desde mediados de los 90' se afincó en el área: la mega minería de oro y plata, básicamente. El mercado de tierras es dinámico en el departamento. Sin embargo, en muy pocos casos los compradores o arrendatarios son otros productores que buscan, a través de alguna de esas opciones u otras, ampliar la superficie de pastoreo. A modo de descripción, veamos el escenario actual.

En primer lugar, entre los nuevos actores tenemos las empresas ganaderas. Una de ellas es la que el Grupo Benetton (la estancia más grande, coloreada en marrón, hacia el sur del Departamento) compró a mediados de los 90', un establecimiento con aproximadamente 180.000 has., y a partir de cuya tenencia comenzó un proceso de expansión que sumó la propiedad de 7/8 estancias con un total aproximado de 150.000 has., llegando en la actualidad a una propiedad cercana a las 330.000 has. En las mismas, hoy tiene unos 75.000 ovinos, constituyéndose esta cantidad en prácticamente el 50% del stock del Departamento Magallanes. Debe tenerse en cuenta que los datos de stock pueden variar según la fuente consultada y tienen el fin de ilustrar lo que venimos refiriendo. Por su parte, Mata Grande (también en marrón hacia el centro este del departamento) es un tradicional establecimiento ganadero de la zona y amplió su superficie también en los ´90 con la incorporación de otro establecimiento lindero, acumulando 117.000 has., realizando un manejo empresarial que la diferencia de la típica estancia patagónica.

En segundo lugar, junto a los nuevos encontramos a los actores tradicionales. Dentro de estos se destacan dos casos: uno de ellos es un productor descendiente de los pioneros (indicado con un círculo pequeño rojo y la letra "a" en el mapa 3), que esforzadamente ha ido incrementado la superficie de su explotación por vía del arriendo u otras modalidades, llegando en la actualidad a poco más de 60.000 has., y un número aproximado de 4.500 ovinos. El otro caso, (indicado con un círculo pequeño amarillo y la letra "b" en el mismo mapa) dispone actualmente de 40.000 has. aproximadamente, entre propiedad y arriendos. Son muchas las estancias que pertenecen a propietarios históricos o asentados allí desde hace varias décadas (son las indicadas en el mapa 3 en marrón), que persisten en la actividad y que han afrontado con gran esfuerzo los diversos avatares económicos y climático-ambientales de los años 90'.

Sin embargo, la mayoría de ellos (como fue señalado más atrás) reúne un stock demasiado pequeño como para hacer frente a cualquier aspecto de una reconversión productiva. Son, además, en general, personas de avanzada edad en la que el recambio generacional no existe o se avizora como demasiado dificultoso, a los fines de imaginar cómo proseguirá la actividad productiva en esas explotaciones. Al respecto, obsérvese la gran cantidad de estancias que no superan las 3.000 cabezas ovinas, destinadas todavía hoy fundamentalmente a producir lana y, secundariamente, carne (con la excepción de algunas que apuntan a la venta de corderos): la rentabilidad de las mismas no permite reinversión ni mejoras y el impacto de la actividad sobre el pastizal natural continúa siendo importante, por lo que la sustentabilidad está en serio riesgo.

En tercer lugar, el actor minoritario pero más relevante arribado a la zona, son las empresas mineras (indicadas con la pica), las cuales han comprado estancias donde explotan oro y plata a cielo abierto, o se encuentran en la etapa de instalación de las plantas industriales con destino al inicio de la operación. Esta situación constituye, para los productores linderos especialmente, una fuente de nuevos problemas, dos de los cuales cobran centralidad: de un lado, el uso de ingentes cantidades de agua (en general potable y de buena calidad), que es un bien escaso y no solamente en las estancias; y, del otro, al no tener hacienda los campos linderos (incluidos los de las empresas mineras), aumenta la presión de la predación (zorro colorado y, en menor medida, león) sobre los pocos y menguados rebaños de los que procuran seguir en la actividad ganadera.

6. La compleja interacción territorio - población - ganadería - minería

En el plano estrictamente vinculado al uso del suelo y la significación que asume en la percepción de los diferentes sujetos, los procesos visibles hoy permiten sostener que se estaría estructurando una nueva representación social (Andrade y Bedacarratx, 2002 y 2003) en torno al campo y al sector rural santacruceño: se lo está dejando de visualizar como ganadero y comienza a ser visto como minero. La misma encontraría sus elementos constitutivos en los cambios ocurridos en el uso del suelo: de un lado, una enorme porción del territorio -que durante más de cien años se destinó a la ganadería ovina extensiva-, ha desaparecido de la visión de la población santacruceña. En primer lugar, las catástrofes climáticas (heladas, nevadas y erupción del Volcán Hudson en 1991) tuvieron como efecto el despoblamiento masivo de cientos de estancias, muchas de las cuales no volverán a la producción de allí en más. Si acudimos a la conceptualización que aportan Schejtman y Berdegué (2005) y Schejtman (2007), podríamos sostener que asistimos a un proceso de desterritorialización (6), afectando centralmente el espacio que ocupaba (y aún ocupa) la empresa ganadera tradicional.

En segundo lugar, y como proceso complementario del primero, una pequeña porción del territorio ha transformado de modo acelerado las coordenadas desde las cuales es contextualizado y percibido. Este proceso puede entenderse, en términos de estos mismos autores, como de reterritorialización: es el que ocupan (y explotan) desde mediados de los años 90' las empresas mineras de capitales transnacionales (Svampa y Antonelli, 2009; Pérez Pardo, 2009), siendo ellas mismas la locomotora que impulsa el cambio, tanto en la representación social del territorio como en la composición del PBG provincial en Santa Cruz.

Su alto peso específico hace que puedan negociar directamente con el gobierno nacional obras de infraestructura vitales para sus propios intereses: provisión de electricidad (interconectado nacional, mega usina de carbón en Turbio, proyectos de represas, asfaltado de rutas, entre otros logros); todo ello, a cambio de magras regalías y la generación de cientos de puestos de trabajo cuya caducidad tiene fecha: 10, 15 o 20 años de producción y luego, cuando el margen de ganancia disminuya más allá de límites tolerables, la retirada, quedando la desocupación, la marginalidad y la frustración como problemas a resolver por las autoridades políticas municipales, provinciales y, eventualmente, nacionales.

Los procesos productivos de la ganadería y la megaminería en Santa Cruz tienen dos rasgos que los diferencian claramente e indican los escenarios de desarrollo que uno y otro proponen, o para decirlo con mayor precisión, que propuso la ganadería durante cien años y que propone la megaminería desde mediados de los 90': en una primera instancia, están temporalmente separados (la crisis de las estancias ganaderas dedicadas a la cría extensiva del ovino venía desatada desde las catástrofes climáticas de principios de los 80'), aunque desde 1995 para acá se solapan; y, segundo, no abarcan la misma superficie: en el caso del Departamento Magallanes, la actividad minera involucra apenas un 5% de ella. Sin embargo, el hecho de que el segundo proceso se iniciara sin mayores obstáculos, seguramente se debe en gran medida al despoblamiento que había ocurrido en la meseta central en general y la zona centro en particular.

La extensión de la superficie fuera de producción, especialmente en la meseta central, ha facilitado la recolonización de la misma por parte de la minería extractiva transnacional y altamente concentrada en capital, con pocos antecedentes en la provincia (la excepción serían algunas áreas donde se extrae petróleo y gas y en Río Turbio el carbón, sobre todo en el momento actual) y en el país.

Reflexiones finales

La actividad ganadera extensiva planteó desde su origen, un patrón de ocupación del territorio caracterizado por las distancias entre una estancia y la otra, cuya contrapartida fue (y aun es) la escasa y dispersa población rural y los tamaños relativamente pequeños de la población urbana de las localidades (Gobernador Gregores, Puerto San Julián, por ejemplo), de las cuales obtenían insumos y provisiones para el campo. En estrecha asociación con el arribo y asentamiento de la actividad minera, se produce el crecimiento poblacional de ciudades como Puerto San Julián, que pasó de 5.200 habitantes en 1991 a 6.500 en 2001 y se estima que en la actualidad tiene unos 10.000 u 11.000 habitantes. Resta conocer si las Agencias de Desarrollo que promueven (y financian en buena parte o en su totalidad) las empresas mineras, podrán motorizar la ampliación y diversificación de la estructura productiva y el empleo, posibilitando el reentrenamiento de la mano de obra cesante cuando culmine la actividad.

El régimen de tenencia de la tierra en las estancias (más del 85% en propiedad, con mayoría de sucesiones indivisas, muchas de ellas con grandes deudas en los bancos) y la escasa o nula atención de los diferentes niveles de gobierno a la situación socioproductiva del área, dibujan un panorama muy complejo de cara a planificar una intervención orientada a su desarrollo: la misma requiere análisis responsables de las alternativas productivas, el establecimiento de reglas claras y surgidas del consenso entre todos los involucrados, financiamiento importante a largo plazo y con baja tasa de interés, la búsqueda o creación de nichos de mercado que estimulen un trabajo con la producción destinados a satisfacerlos (ya sea dentro de la producción ganadera u otras alternativas).

Por último, y con relación a la posibilidad de garantizar la continuidad de la actividad ovina, el pastizal natural es el trasfondo en el cual la misma se desarrolla. Contemplarlo como el factor crítico y atender a su estado de agotamiento en amplias áreas de la provincia, permitirá asentar el relanzamiento productivo centrado en el ovino sobre nuevas coordenadas, donde el mantenimiento de este recurso vital sea la premisa. Como desafio, habrá que establecer si será posible la convivencia de dos modelos (el ganadero tradicional y el que propone la megaminería) a partir de las asimetrías profundas que hoy se manifiestan: el primero, se ha retraído y se encuentra en plena crisis en la mayor parte del territorio santacruceño (básicamente en la zona centro y norte, la que es objeto de la actividad minera); el segundo, el minero trasnacional, está en franca expansión y obteniendo formidables ganancias con la anuencia del Estado en sus diversos niveles y con plazos bastante cercanos para el cese de actividad: 15, 20 o 30 años como máximo. Lo que sigue es la incertidumbre del porvenir.

Anexo:

Mapa 1. Fuente: González y Rial (2004)

Andrade, Mapa 1

Mapa 2. Fuente: Lab. de Teledetección INTA EEA, Río Gallegos.

Andrade, Mapa 2

Notas

(*) El artículo es producto de la investigación "Viabilidad del trabajo asociativo orientado a producciones sustentables en condiciones ambientales críticas. Estudio en los Departamentos Río Chico y Magallanes, en la meseta central de Santa Cruz, Patagonia Argentina", que se llevó adelante en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) Unidad Académica San Julián (UASJ), Provincia de Santa Cruz. Participa también el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA -EEA Río Gallegos y AER San Julián). Financian la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT-FONCyT) y la UNPA.

(1) En un trabajo posterior, la misma autora señala que la: "cría de ovejas se expandió febrilmente a partir de 1850. Los capitales, que provenían tanto del mismo campo como de la ciudad, se volcaron a la producción ovina y fueron formando y transformando la estructura empresaria (...) era una empresa capitalista dedicada centralmente a una sola actividad de producción para el mercado. Aunque variaban en extensión y capacidad de carga, la mayor parte de los establecimientos tenían entre 2.500 y 5.000 has." (Sabato, 1993: 26).

(2) Esta es la razón por la que se impone la cría del Merino. Según el autor: "por efecto de ese proceso comienza el desplazamiento de los merinos hacia los campos patagónicos, que pobres y alejados de los frigoríficos sólo podían producir lana" (Giberti, 1980: 171).

(3) H. Sabato señala que: "tradicionalmente se consideró a los años de la guerra como favorables a la ganadería y a las décadas de 1920 y 1930 como de expansión agrícola y retracción ganadera." (Sabato, 1993: 30)

(4) "El PROLANA es un Programa nacional creado con el propósito de asistir al productor lanero de todo el país para el mejoramiento de la calidad de la lana, de su presentación y condiciones de venta. Ha sido desarrollado por organismos públicos y privados, nacionales y provinciales, y se instrumentó a través de la resolución 1139/94 de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación (SAGPyA). Para asegurar la correcta presentación del producto, el Programa exige la aplicación de las siguientes tres técnicas: 1) esquila Tally-Hi (o desmaniada); 2) Acondicionamiento, procurando obtener vellones limpios y libres de contaminantes y 3) envasado: en fardos o bolsones nuevos, de polietileno." (www.prolana.gov.ar, acceso el 30/07/2010)

(5) Esta afirmación cobra sentido a partir de considerar al territorio "como una construcción social (...) como un conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de propósito compartidos por múltiples agentes públicos y privados (...) es dicha identidad la que permite dar sentido y contenido a un proyecto de desarrollo de un espacio determinado, a partir de la convergencia de intereses y voluntades" (Schejtman, 2007).

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Fecha de recibido: 3 de marzo de 2010.
Fecha de publicado: 29 de noviembre de 2010.

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